Hay un Palermo distinto, más acorde con su valía

Muchas veces se comparó, por su calidad y atmósfera, al Abierto con Wimbledon; las mejoras realizadas en el predio achicaron las enormes diferencias que existían entre uno y otro espectáculo; todavía falta, pero es un buen comienzo

Seguramente nunca habrá carpas sobre la vereda en el portón de Avenida del Libertador, con gente que va a pasar la noche esperando ser el primero en ingresar en La Catedral al día siguiente para ver a sus polistas favoritos. Es factible que tampoco nunca se vea algún exhibicionista cruzando la cancha N° 1 a lo ancho en medio de un partido, para provocar la hilaridad de la gente y la persecución policial para aprehenderlo. Y ni qué hablar de los suculentos premios para los protagonistas: eso suena a utopía. Pero algo es cierto: el Abierto de Palermo empezó a parecerse un poquito más a Wimbledon y el Campo Argentino, al All England. Como para hacerle sentir al aficionado de polo y a los miles de turistas que congrega anualmente la máxima competencia mundial que la comparación con el tradicional certamen británico de tenis no es sólo un enunciado marketinero. La calidad deportiva empieza a estar acompañada.

Está distinto Palermo. Al que le sobran, desde siempre, glamour y gloria. En el que abundan la distinción, las mujeres esbeltas y el crisol de lenguas que lo transforman en un escenario peculiar. ¡Pero le faltaba tanto! Bueno, para todo hay un punto de partida. Y ese camino ha empezado a ser recorrido.

Está distinto Palermo. Más amplio, con una calle que luce mejoras sustanciales en stands, en cuanto a conformación y estética. El piso es distinto: ya no va a andar a los tropezones por el empedrado ni chapoteando por el barro los días de lluvia. Desde esa misma calle, ahora puede verse la cancha 2, que antes quedaba muy tapada; muchos ni se enteraban que había un partido a las 14.

Apenas traspuesta la entrada, uno se choca con una escultura de hierro de un polista y su caballo, llamada "Gol de Oro". Llama la atención de todos. En realidad, a futuro en ese lugar habrá una fuente. Pero como sustituto temporal, el trabajo de Pablo Deplá, con la colaboración del polista Ricardo Fanelli, luce distintivamente. Son tres las esculturas ubicadas en distintos sectores del predio, todas de Fanelli, cedidas para la exposición.

Y mientras se esperan nuevas mejoras, los amantes de los caballos disfrutan de un servicio adicional: sobre la tribuna Dorrego se estrenó un cartel electrónico en el cual se informa los ejemplares utilizados en cada chukker; incluso, cuando se reemplazan en medio del período, los nombres son actualizados. Son 12 las personas que se encargan de la tarea, en una iniciativa de la Asociación Argentina de Criadores de Caballos de Polo.

"No queremos quedar como un Consejo Directivo que hizo historia. Simplemente creemos que son cosas que había que hacer. Y como podíamos, lo hicimos", sostiene Francisco Dorignac, presidente de la Asociación de Polo (AAP).

¿Qué dicen los extranjeros? La norteamericana Bettina Anderson, novia de Jack Baillieu –N° 2 de Alegría–, notó las diferencias de un año a otro: "Me gusta cómo quedó, está todo muy lindo. Me encanta venir. Estoy muy emocionada". Denis Santana, dominicano, afirma: "Quedó todo realmente muy bueno. Conozco varios lugares, pero como Palermo no hay ninguno".

¿Otro detalle? En las plateas A y B se instalaron nuevos palcos techados, que cuentan hasta con heladeras. Para un día pesado como el de ayer, oportunísimo.

Deportistas, modelos, artistas, políticos que dicen y dirán presente. Palermo no perderá su esencia, aunque sí empieza a saborear cosas distintas. Por supuesto que todavía hay mucho por mejorar; desde los fans que sacaron un abono en la Dorrego Central y no pudieron ubicarse en su lugar, porque las cámaras de TV le obstruyen la visión, hasta quienes compraron los de estacionamiento en el parking frente del Hipódromo... pero deben pagar igual en el momento. O la prepotencia de los encargados de seguridad en algunos de los accesos, algo que no beneficia la imagen.

Todo es perfectible y con seguridad la AAP tomará nota para ir reduciendo el margen de error, del que nadie está exento. Vendrán partidos más convocantes y pueden repetirse viejos problemas con la falta de entradas y la lamentable mafia de la reventa que opera impunemente desde hace tiempo. Pero lo significativo, en esta nueva versión del Abierto, es que se limaron distancias respecto de otros megaespectáculos. Y eso no deja de ser un buen comienzo. Para que aquello de Wimbledon no sea sólo un enunciado efectista.

La seguridad y la asistencia al público

Además del personal dispuesto por la organización, hay personal de diferentes rubros. Por ejemplo, Urban Prevention dispone 88 personas para control de accesos y prevención; hay ocho efectivos de C 15 Protección para seguridad; la Cruz Roja dispone de 8 personas para auxilios en general; también hay 3 bomberos, y entre 4 y 8 asistentes especiales para turistas.

Un restaurante, el museo y puentes de acceso




Además de las remodelaciones, que se sumaron a las butacas numeradas en la tribuna Dorrego Central y la construcción de un vestuario para jugadores y referís, se prevé a futuro la instalación de un restaurante que esté abierto todo el año sobre Libertador, un museo del polo y puentes aéreos que faciliten el acceso a las plateas desde la calle principal donde se encuentran los stands.