La Policía continúa realizando el registro de los vehículos de tracción a sangre que se emplean para trasladar basura o escombros. La medida permite identificar a quienes transgreden la prohibición de tirar desechos en cualquier sitio.
Mientras espera en silencio que un policía pinte el número de patente en su carro, Juan Carlos Robles se presenta con timidez a LA GACETA. Cuenta que hace 10 años que trabaja de carrero, que vive en el barrio Aguas Corrientes y que su vida no es nada sencilla. “Recorro la ciudad buscando escombros o basura para tirar. A veces consigo, a veces no. Encima, hay gente que nos acusa de robar”, relató.
La mayoría de los propietarios de vehículos tirados por caballos (tracción a sangre) proviene de barrios populares de Banda del Río Salí, Lastenia, Tafí Viejo y de la periferia de la capital.
Cristina del Valle Trujillo y su pareja, Sergio Salazar, coincidieron en que el registro de carros les permitirá trabajar más tranquilos. “La medida nos parece bien. No queremos tener problemas. Queremos trabajar con transparencia”, afirmó Salazar.
El relevamiento para patentar los carros se inició en octubre con el objetivo de contar con un registro de todas las personas que trabajan con estos vehículos. “De esta manera se podrá controlar a aquellos que arrojan basura en cualquier lado o que roban”, dijo el policía Manuel Pastrana.
La medida fue dispuesta en junio por el Gobierno provincial ante la protesta que realizaron los carreros en contra de los continuos secuestros que efectuaba la Municipalidad a fin de hacer cumplir la ley que prohíbe el traslado de basura en carros. Los carreros cortaron en dos oportunidades el tránsito en la avenida Mate de Luna al 1.700. Luego se abrió una negociación con las autoridades del Ministerio de Seguridad hasta que se acordó efectuar el registro y el patentamiento de los carros.
La Dirección General de Delitos Rurales y Ecológicos de la Policía lleva registrados unos 600 vehículos tirados por caballos en la capital, aunque según los carreros habría 2.000 en el área del Gran San Miguel de Tucumán.
En una primera etapa, el padrón se hará sólo en la capital y luego se extenderá al interior de la provincia. Pastrana calculó que en Tucumán hay unos 14.000 vehículos de tracción a sangre.
Proteger los caballos
El trámite para registrarse es gratuito y, para iniciarlo, los carreros deben llenar una planilla con datos personales y presentar los comprobantes de la transferencia del animal.
“Con este documento tendremos un registro de los caballos, porque supimos que también hubo robos de animales”, sostuvo, por su parte, el sargento Carlos Barrera.
Luego de recibir la documentación, los agentes pintan a mano, en color rojo, las letras y números de las patentes en los costados de los carros. Además, adhieren en los vehículos una cinta reflectiva para que los autos los distingan cuando circulen de noche.
Barrera contó que gracias a las patentes de la base de datos pudieron detener a un carrero que había entrado a una casa a robar. “Los propietarios de la vivienda habían anotado el número, lo que hizo más fácil la identificación”, añadió.
La Policía informó que el relevamiento de carreros se extenderá por varios meses hasta completar el registro en toda la provincia.
Mientras tanto, apoyado sobre su carro, Robles espera que la pintura roja se seque para volver a las calles a buscar los escombros y la basura que le permitirán alimentar a su familia.
Compromiso de no ensuciar
Cuando se acordó entre el Gobierno y los carreros efectuar el registro, estos últimos se comprometieron a arrojar la basura que recogen en las casas en contenedores y no en la vía pública. Si transgreden esta norma, sus vehículos serán secuestrados y para poder recuperarlos tendrán que pagar una multa de $ 600, como indica la ley.
Mientras espera en silencio que un policía pinte el número de patente en su carro, Juan Carlos Robles se presenta con timidez a LA GACETA. Cuenta que hace 10 años que trabaja de carrero, que vive en el barrio Aguas Corrientes y que su vida no es nada sencilla. “Recorro la ciudad buscando escombros o basura para tirar. A veces consigo, a veces no. Encima, hay gente que nos acusa de robar”, relató.
La mayoría de los propietarios de vehículos tirados por caballos (tracción a sangre) proviene de barrios populares de Banda del Río Salí, Lastenia, Tafí Viejo y de la periferia de la capital.
Cristina del Valle Trujillo y su pareja, Sergio Salazar, coincidieron en que el registro de carros les permitirá trabajar más tranquilos. “La medida nos parece bien. No queremos tener problemas. Queremos trabajar con transparencia”, afirmó Salazar.
El relevamiento para patentar los carros se inició en octubre con el objetivo de contar con un registro de todas las personas que trabajan con estos vehículos. “De esta manera se podrá controlar a aquellos que arrojan basura en cualquier lado o que roban”, dijo el policía Manuel Pastrana.
La medida fue dispuesta en junio por el Gobierno provincial ante la protesta que realizaron los carreros en contra de los continuos secuestros que efectuaba la Municipalidad a fin de hacer cumplir la ley que prohíbe el traslado de basura en carros. Los carreros cortaron en dos oportunidades el tránsito en la avenida Mate de Luna al 1.700. Luego se abrió una negociación con las autoridades del Ministerio de Seguridad hasta que se acordó efectuar el registro y el patentamiento de los carros.
La Dirección General de Delitos Rurales y Ecológicos de la Policía lleva registrados unos 600 vehículos tirados por caballos en la capital, aunque según los carreros habría 2.000 en el área del Gran San Miguel de Tucumán.
En una primera etapa, el padrón se hará sólo en la capital y luego se extenderá al interior de la provincia. Pastrana calculó que en Tucumán hay unos 14.000 vehículos de tracción a sangre.
Proteger los caballos
El trámite para registrarse es gratuito y, para iniciarlo, los carreros deben llenar una planilla con datos personales y presentar los comprobantes de la transferencia del animal.
“Con este documento tendremos un registro de los caballos, porque supimos que también hubo robos de animales”, sostuvo, por su parte, el sargento Carlos Barrera.
Luego de recibir la documentación, los agentes pintan a mano, en color rojo, las letras y números de las patentes en los costados de los carros. Además, adhieren en los vehículos una cinta reflectiva para que los autos los distingan cuando circulen de noche.
Barrera contó que gracias a las patentes de la base de datos pudieron detener a un carrero que había entrado a una casa a robar. “Los propietarios de la vivienda habían anotado el número, lo que hizo más fácil la identificación”, añadió.
La Policía informó que el relevamiento de carreros se extenderá por varios meses hasta completar el registro en toda la provincia.
Mientras tanto, apoyado sobre su carro, Robles espera que la pintura roja se seque para volver a las calles a buscar los escombros y la basura que le permitirán alimentar a su familia.
Compromiso de no ensuciar
Cuando se acordó entre el Gobierno y los carreros efectuar el registro, estos últimos se comprometieron a arrojar la basura que recogen en las casas en contenedores y no en la vía pública. Si transgreden esta norma, sus vehículos serán secuestrados y para poder recuperarlos tendrán que pagar una multa de $ 600, como indica la ley.
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