Superó a Impossible Ski y a Fire Wall por cabeza y pescuezo, con un jinete que perdió una rienda
Sólo un caballo tocado por la mano de Dios es capaz de ganar de la forma en que Premium Tap venció ayer al brasileño Impossible Ski y al argentino Fire Wall en la Prince Cup, en un final de cabeza y pescuezo a su favor.
Hay que ser diferente del resto para ganar sin timón, pues eso mismo le pasó cuando su jockey, el experimentado Kent Desormeaux, perdió la rienda derecha en la salida, por lo que quedó dañada buena parte de la conexión jinete-caballo.
Prácticamente sin comando, Premium Tap hizo lo que su instinto le ordenaba, y no era otra cosa que ponerse delante del grupo.
La carrera acababa de empezar y entonces había que doblar primero hacia la izquierda. Desormeaux tiraba de esa única rienda disponible para que el caballo siguiera junto al riel, al tiempo que balanceaba su cuerpo. Con la mano derecha, se agarraba fuerte de las crines.
El campeón se sintió libre; comenzó a volar. Tomó uno, dos, tres, diez, doce cuerpos de ventaja. En la tribuna, su entrenador, el argentino Julio Gardel, largavistas mediante, ya se había dado cuenta que algo andaba mal, muy mal.
Media hora antes, Gardel había ganado la Prince Cup para los caballos locales, con Yataa Hel. Entonces, todo era alegría. Media hora después, mientras miraba la carrera, estaba preocupado.
Premium Tap corría casi desbocado. Desormeaux no podía contenerlo; él era el encargado de administrar sus fuerzas, de decirle cuándo, dónde y por dónde galopar, pero esta vez no podía. El diálogo entre el de arriba y el de abajo estaba cortado.
No hay manual que indique qué hacer en este tipo de ocasiones. Desormeaux, un jockey de primera línea, improvisaba. Después del éxito, diría que jamás se olvidaría de esta victoria. A todo esto, los jockeys de los caballos rivales, muy atrás, pensaban que en los últimos metros el campeón se derrumbaría por tanto esfuerzo inicial.
La televisión saudí hizo un primer plano de Premium Tap cuando faltaban 600 metros. Entonces, se vio que el caballo del rey Abdullah sacaba la lengua. Algunos piensan que eso es signo de fatiga. Y si no lo es, debería serlo.
Después de haber andado 2000 metros a fondo, era lógico que sus patas comenzaran a sentir el cansancio. Premium Tap comenzó a desacelerar. Desormeaux, a apelar a la fusta. Por media cancha, juntos, el brasileño Impossible Ski y el argentino Fire Wall iban por lo suyo. Pero no llegaron. El caballo que dos veces perdió contra Invasor, con el último esfuerzo, impidió que volvieran a batirlo dos sudamericanos.
Cuentan que por la noche hubo festejo en la casa de Gardel en Arabia Saudita, con milanesas que prepararon Maca, su esposa, y Walter Serrudo. A la mesa también estuvo Edgardo Gramática, que en esa misma carrera montó a El Charleta, clasificado noveno, delante de los también argentinos Gold for Sale (12°), Boca Tramposo (15°) e Inimaginable (17°).
Premium Tap quizá vuelva a correr en febrero, ya para la King Cup, contra caballos semejantes a los de ayer. Ese día, la hebilla de su rienda seguramente será revisada mil veces antes de que salga a la pista.
La Nacion
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