España, Ángel Gallardo tiene 82 años y lleva 13 años más que enamorado de la hípica

El Romeral ha formado a casi 500 jinetes


Ángel Gallardo tiene 82 años y lleva 13 años más que enamorado de la hípica. Su caballo se llama 'Gitano III' y salta 1,40 metros. 'La doma de un animal es ilusionante', apunta. 'Yo soy un jinete tardío, pero es muy bonito ver cómo vas adiestrando a un caballo', relata. El centro ecuestre 'El Romeral', ubicado a cinco kilómetros de Cáceres, cobija a su animal y le da de comer. Le acompañan unos 40 caballos. Unos pertenecen al centro y otros están 'tutelados', por así decirlo, ya que tienen propietarios particulares que abonan una cuota para su estancia y manutención en El Romeral.



Las 23 hectáreas de terreno acogen una pista cubierta, una pista de salto y otra de doma en exteriores. Ángel es el jinete más experimentado de los casi 500 que han pasado por el aprendizaje en El Romeral. Las instalaciones están homologadas por la Federación Extremeña de Hípica, por la Universidad a Distancia y por el Servicio Extremeño de Empleo. 'Empecé con afición', cuenta el propietario del centro ecuestre, Francisco Chacón. La finca con caballos de la familia fue recibiendo a sus propios caballos. 'Llegué a un punto en que tenía un número de caballos que no podía mantener', cuenta. Pero a sus amigos les gustaban los animales, y a los amigos de sus amigos, también.

'Surgió espontáneamente, y desde entonces, desde 1995, me dedico profesionalmente a enseñar', explica el dueño del centro. 'La equitación es un negocio más para vivir que para enriquecerse', señala. Hace un año, trasladó sus instalaciones en San Francisco por el campo y la tranquilidad que supone alejarse algún kilómetro de la urbe. 'Está más lejos, pero éste es más nuevo y hay más espacio. Teníamos un sitio muy bueno pero la ciudad se nos echaba encima', cuenta.

El centro ofrece cursos de formación profesional por las mañanas y cursos de iniciación y perfeccionamiento por las tardes. Algunos fines de semana organiza rutas con los caballos y hace un balance tan positivo, que estudia mantener en verano, por primera vez, la formación en equitación a través de campamentos que entremezclen la hípica con el aprendizaje de idiomas. Pero no todo es formación continuada. También existe la posibilidad de acercarse y pasear durante una jornada con el caballo. 'El turismo ecuestre se demanda en una proporción mucho más pequeña, aunque también hacemos paseos, rutas o excursiones', expresa el propietario.

Ángel, el veterano del equipo, no se resiste a dejar de elogiar la hípica: 'Está poco valorado, la afición va aumentando, falta difusión en la equitación y es un ejercicio muy bonito', cuenta. Si todavía se resisten, él no duda en darle más razones. 'Es un deporte muy completo, yo animo a probar a todo el mundo'.

Terra Actualidad - VMT