Betansos combate la nostalgia con triunfos

El jockey argentino se destaca en el turf español, sin olvidarse de la hípica local

a pasó varios cumpleaños lejos de su tierra Horacio Betansos y el 22 del actual, cuando cumpla los 40, la historia se repetirá. Ahora lo encontrará en Madrid, donde el jockey reside prácticamente desde noviembre de 2006, momento en el que se animó a una aventura de sesenta días por tierra española que se convirtió en un nuevo desafío en su profesión.

"Se abren puertas, te ofrecen posibilidades y uno va buscando el camino. Vine por dos meses, para la temporada en el hipódromo de Dos Hermanas, en Sevilla, y terminé recibiendo una propuesta para quedarme un año. En la Argentina, nunca pude tener un contrato, que es algo que siempre deseé, pero también sé que estar libre me sirvió para tener más chances", repasa, quien creció en las pistas cordobesas y luego sobresalió en los principales hipódromos de nuestro país, antes y después de vivir la experiencia de ser parte del turf de los Estados Unidos.

No fue casual que se fijaran en él. Tampoco tuvo que ver que tiempo atrás haya estado de paseo por España y observara de reojo cómo estaba su hípica. "Yo le montaba caballos a Torre Herberos en San Isidro. Ignacio Díaz necesitaba un jockey, me habló y me animé a hacer las valijas. Sacamos un caballo clásico y fue una vidriera", recuerda Betansos, y menciona al argentino que prepara los ejemplares que son propiedad de Joaquín Morales Domínguez, el dueño y presidente del club Jerez.

Es de noche en el país europeo. Horacio trabajó algunos ejemplares por la mañana y, desde el mediodía, como sucede mayormente, se recluyó en su casa, junto con su esposa y con su hijo Rodrigo. Durmió la siesta y miró televisión antes de atender la llamada de LA NACION. Se lo oye distendido, entusiasmado y agradece más de una vez "por acordarse de mí". Había motivos para hacerlo y Pablo Falero, con quien mantiene un contacto fluido, resultó el puente.

Betansos terminó quinto en la estadística de 2007, su primera temporada completa en España. "Me va bien. Ahora me siento renovado. Este es un turf chico, pero con mucho dinero", asegura, y agrega: "Va a llevar tiempo llegar a tener una hípica fuerte, pero va para arriba. Ahora quieren empezar a hacer más carreras. Además, hay mejores caballos y los están llevando a correr a Francia".

Tuvo chance de ir a la tierra de Zinedine Zidane, pero la dejó pasar. "El caballo no tenía muchas posibilidades y perdía días de trabajo acá, donde primero quiero hacer base", explica el jinete, y sostiene que el principal requisito para integrarse es "tener mucha paciencia". Lo ejemplifica: "A la mañana, a los caballos hay que ir a sacarlos del stud, llevarlos a trabajar y regresarlos, pero eso lleva alrededor de una hora. Es que se organizan tandas y salimos unos ocho o nueve. Pasa bastante hasta que todos estamos listos". Se entiende, entonces, cuando enfatiza que extraña montar más, acostumbrado al vértigo de una jornada de ensayos en Palermo o en San Isidro, al lado de Roberto Pellegatta o Juan Carlos Maldotti.

Con ellos, intercambió saludos para las fiestas. "Se me caían las lágrimas. Cuando veo las carreras de la Argentina por Internet me dan ganas de volver. Se extraña. Me hubiera gustado estar para el retiro de Valdi , pero tenía compromisos y no podía viajar. Hablé con él y se lo dije", memora, y pronostica: "Tengo para varios años más, y estoy como en mis mejores momentos. También sé que voy a terminar la carrera en mi país".

• El reencuentro con Kun Agüero en Madrid
  Radicado en Madrid, es habitual que Betansos se cruce con algunos de los argentinos que juegan en los clubes de la ciudad. Uno de ellos es Sergio Agüero y ese encuentro resultó especial. "Nos saludamos y hablamos antes y después de compartir un viaje en tren a Sevilla. Me acerqué y me reconoció cuando me vio con el bolso y la fusta. Se acordaba de que yo había corrido el caballo de un familiar en un clásico de San Isidro, una tarde que jugaban Independiente y Boca y no pudo estar porque lo habían suspendido", señala.

Por Carlos Delfino
De la Redacción de LA NACION