Nota: A fines del año 2006 se presentó en la Comision de Agricultura y Ganadería del Congreso de la  Nación Aregtina un Plan Estratégico de 5 años para la Expansión y Desarrollo de la Producción y Utilización del Caballo en nuestro país.  ¿Ud sabe que pasó con ese Plan?
MUY INTERESANTE: Plan estratégico para el Sector  Ecuestre en Gran Bretaña   
 Los cambios económicos y sociales de finales del siglo XX han contribuido a  establecer nuevas relaciones en los ámbitos del ocio y del turismo. Así, se  trata de compensar la vida sedentaria de las ciudades con un mayor actividad al  aire libre o con la practicas de deportes que se desarrolle en contacto con la  naturaleza. También las mayores posibilidades económicas derivadas de los  procesos de desarrollo han permitido popularizar actividades de ocio o  deportivas que antes estaban reservadas a grupos de elite o minoritarios. Un  grupo cada vez más importantes de estas actividades están relacionadas con el  caballo como elemento de ocio o de deporte.
La cría de caballos, su entrenamiento, los deportes hípicos, las  exhibiciones ecuestres, el turismo a caballo o del caballo son practicadas en un  número creciente por las personas interesadas en la relación de muy diverso tipo  con el mundo del caballo en sus más variadas facetas.
Por tanto, podemos señalar que el caballo es hoy un elemento importante para  satisfacer los deseos y necesidades de los nuevos “consumidores” del sector  ecuestre. Pero, para satisfacer estas necesidades, el caballo tiene que ir  acompañado de una serie de bienes y servicios, sin los cuales el caballo no  sería demandado. Si se ofrecen los bienes y servicios que los  “consumidores-aficionados” demandan, éstos estarán dispuestos a adquirir  caballos y a pagar por los bienes y servicios relacionados con los caballos. A  la demanda de caballos y de bienes y servicios, relacionados de forma directa o  indirecta con los caballos, la denominamos “demanda ecuestre”. Los estudios  realizados demuestran que, a medida que se incrementa la renta “per-cápita”, se  incrementa la demanda ecuestre y, en consecuencia, el impacto económico del  sector ecuestre sobre el conjunto de la economía de país.
Estas nuevas demandas están contribuyendo a cambiar la producción o cría de  los caballos, la forma en la que se preparan para su utilización en el deporte o  el ocio y las actividades que se pueden realizar en el sector ecuestre.
En definitiva los cambios están incidiendo en una visión nuevas del mundo  del caballo y de las actividades asociadas al mismo de forma tal que ahora al  sector ecuestre se le denomina “la industria del caballo”. Con esta expresión se  quiere reconocer la importancia económica del sector ecuestre, y la repercusión  de su actividad en el conjunto de la economía.
Las transformaciones que ha experimentado la economía del mundo ecuestre, en  los países donde se han producido los cambios de la demanda ecuestre, no han  sido sólo cuantitativos (un mayor nivel de gasto) sino también cualitativos  (nuevos tipos de caballos y nuevas demandas de bienes y servicios). Por ello,  consideramos que el sector ecuestre ha sufrido en algunos países, y está  sufriendo en otros, unos cambios que permiten hablar de una cierta “Revolución  Ecuestre”.
En definitiva, el papel que juega el caballo como elemento fundamental para  el deporte y/o el ocio ha superado de forma radical a su papel como elemento de  trabajo o alimentación. Y esas nuevas funciones del caballo han atraído a  sectores de población cada vez más amplios y diversos desde el punto de vista  social y económico.
Que las transformaciones ocurridas en el sector ecuestre tuvieran unas  características u otras, que la velocidad de sus cambios fuera más o menos  rápida e intensa ha dependido de varios factores que ahora sería demasiado  prolijo examinar, pero a grandes rasgos pueden identificarse con los cambios  ocurridos en las transformaciones del la agricultura, con los procesos de  urbanización e industrialización y con las nuevas demandas de ocio generadas en  los procesos de desarrollo económico.
Los resultados de los cambios también han sido diferentes, pero hoy podemos  afirmar que en aquello países en los que el crecimiento de la demanda ecuestre  ha encontrado una respuesta adecuada en la oferta de los bienes y servicios  necesarios para satisfacerla se ha creado una industria ecuestre de cierto  potencial económico. En muchos casos han sido los mecanismos de coordinación de  los mercados los que han contribuido a generar la dinámica del cambio, pero casi  siempre han existido el apoyo de organismos o agencias que han impulsado estos  cambios en la dirección adecuada.
Así en EE.UU. la industria ecuestre tiene una gran diversificación en toda  la nación y tiene un grado de impacto por caballo global de 8.738 € año y  directo de 3.341 €, con un censo de 9,2 millones de caballos. 4,6 millones de  americanos están involucrados con la industria ecuestre como propietarios de  caballos (2 millones), proveedores de servicios al sector ecuestre, trabajadores  o voluntarios.
En Canadá con un censo equino de 886.431 caballo s, que viene a ser el doble  del censo de caballos censados en empresas agrícolas (443.889 caballos), el  impacto económico medio por caballo es de 3.365 € al año.
La industria del caballo en Europa
 El proceso de integración y convergencia europea también está afectando al  mundo del caballo. Cualquier análisis que no tenga en cuenta las intensas  relaciones económicas entre los países miembros de la UE esta desenfocando la  realidad. La progresiva integración del mercado ecuestre hace que las demandas  del sector ecuestre de un país puedan ser satisfechas por la producción de otro.  Por ello, resulta necesario que la oferta de bienes y servicios ecuestres se  desarrolle al mismo ritmo que la demanda. Si no ocurre así, las importaciones de  otros países serán cada vez mayores en detrimento de la producción nacional.  Esto no significa que cada país tenga que realizar una política ecuestre  orientada hacia la autarquía. El verdadero reto consiste en aprovechar tanto las  ventajas de la integración económica como las que se derivan del crecimiento de  la demanda ecuestre.
La realidad del sector ecuestre europeo no es uniforme y las diferencias  entre los países pueden ser importantes. El núcleo central donde han tenido  lugar las transformaciones más importantes del sector ecuestre coincide bastante  con el núcleo central de la UE (Alemania, Francia, Bélgica, Suecia, Dinamarca,  Holanda y Reino Unido). En cada uno de estos países se han producido cambios  estructurales, para que el sector ecuestre se adapte a las exigencias de las  modernas demandas del ocio y el deporte.
Así, por ejemplo, Francia ha realizado una importante transición, desde un  sector ecuestre muy vinculado al mundo militar, hasta un sector donde las  empresas encuentran apoyo financiero por parte de la Administración, gracias a  la importante recaudación de las apuestas hípicas. Asimismo, es de destacar el  papel que desempeñan la “Haras Nacionales” que, entre otras funciones, es el  organismo encargado de elaborar la principal información económica del sector  ecuestre. También es relevante la armonización que se ha llevado a cabo entre el  sector de la competición y el sector de la equitación de ocio, siendo uno de los  primeros países en la práctica del turismo ecuestre.
Suecia inició la transformación del sector ecuestre en 1945, con una clara  vinculación del caballo al deporte y el ocio, creando la raza del caballo de  deporte sueco (Swedish Warmblod - SWB) que ha conseguido notables éxitos en  doma, salto y concurso completo. Los datos de 2004 realizados por el Instituto  de Estadística Sueco estimaron, a través de una encuesta, el censo de caballos  en 283.100, localizados en 56.000 establecimientos hípicos con un ratio  caballos/mil hab. de 31 . Las investigaciones económicas realizadas en la  Universidad de Uppsala para la Fundación Sueca del Consejo Ecuestre (Horse  Council Swedish Fundation) estimó una cifra global de 403 millones de euros  de gasto del sector ecuestre.
 
El impulso en la modernización y desarrollo del sector ecuestre en Gran  Bretaña ha sido constante en los últimos años. El informe, realizado en 2004  sobre la industria del caballo , pone de relieve la importancia del sector  ecuestre con más de 50.000 empleos directos y cerca de 250.000 directos e  indirectos. El mundo del caballo suscita un interés en amplias capas de la  población británica, con más de 5 millones de personas interesadas activamente  en el mundo del caballo, de las que casi la mitad, (2,4 millones) practica la  equitación.
El Plan Estratégico para la Industria del Caballo
 Para acelerar el proceso de cambio y hacer que el caballo sea un medio para  impulsar el desarrollo sostenible en determinadas zonas rurales, los principales  agentes implicados tratan de estimular y encauzar el mundo del caballo, mediante  un la implantación de Plan Estratégico para la Industria del caballo en  Inglaterra y Gales, recientemente aprobado con un horizonte temporal de 10 años  .
Las ideas que recoge dicho Plan Estratégico merecen ser analizadas por los  responsables del sector ecuestre de otros países, como España, donde se están  produciendo transformaciones en buena medida autónomas y poco coordinadas dentro  del mundo del caballo. Con esta idea presentamos un resumen del Plan Estratégico  que ha estado precedido del impacto económico del sector ecuestre de 2004 citado  en el párrafo anterior.
La primera característica que llama la atención es que el Plan ha sido  elaborado por encargo, y con la participación de los tres departamentos  ministeriales implicados (Asuntos Rurales y Calidad del Medio Ambiente Local,  Deporte y Turismo, y Medio Ambiente y Planificación de Gales), además de la  Confederación Británica de la Industria del Caballo donde se encuentran  integrados: la British Horse Society, la Thoroughbred Breeders Association, la  British Equestrian Federation, la Association of British Riding Schools, la  British Equestrian Trade Association, la British Horseracing Board y la British  Equine Veterinary Association. En resumen, todos los agentes principales del  sector ecuestre británico.
El Plan Estratégico británico se basa en la idea, expuesta por los ministros  que actúan en representación del Gobierno, de la contribución de la industria  del caballo a la economía, así como el importante papel que el caballo tiene en  la vida de muchas personas, tanto en las ciudades como en el mundo rural. Pero  la contribución actual puede, y debe, ser incrementada en el futuro y con esa  idea se realiza el Plan Estratégico para permitir que la industria del caballo  tenga un desarrollo robusto y sostenible, incrementando su impacto económico y  el bienestar de los caballos, a la vez que eleva el nivel cultural, deportivo y  educativo de la nación. Para ello, se fijan ocho grandes objetivos que en sí  mismos revelan el interés e importancia que las personas, empresas y organismos  implicados otorgan a la industria de caballo. Estos grandes objetivos  son:
1. Aunar los esfuerzos de todos los implicados en la industria del caballo,  tanto a nivel nacional como regional o local.
2. Incrementar la participación  de los aficionados al caballo y desarrollar la aportación social de la Industria  del Caballo.
3. Apoyar los resultados económicos de las empresas del sector  ecuestre.
4. Elevar la habilidades ecuestres, el entrenamiento y los  estándares.
5. Incrementar el acceso a caballos y coches de caballos por  caminos rurales.
6. Considerar el impacto medioambiental del caballo.
7.  Estimular la excelencia en el deporte ecuestre.
8. Mejorar la calidad de la  cría de caballos y poneys.
 Mediante las líneas de actuación en las que se desglosan los grandes  objetivos del Plan se pretende que, para el año 2015, las oportunidades para  practicar la equitación estén accesibles a un público numeroso y diverso, que  elimine la idea de elitista y prohibitiva de la equitación, gracias al  crecimiento de centros hípicos seguros y dirigidos por profesionales  cualificados. La industria del caballo presentará un frente unificado que será  reconocido por su importante aportación a la economía nacional, regional, local  y rural, así como por su contribución cultural e influencia positiva sobre el  medio ambiente. Los deportes ecuestres tendrán un lugar central, dentro del  panorama deportivo, gracias a los resultados obtenidos en las competiciones  nacionales e internacionales, incluídos los Juegos Olímpicos de 2012, y a su  reflejo en los medios de comunicación. La cría y producción de caballos será  reconocida a nivel mundial tanto por la calidad de los productos como por los  elevados estándares de los mismos en salud y bienestar.
Posiblemente, las ideas planteadas en los párrafos anteriores serían, en  buena medida, suscritas por muchos de los que deseamos que el mundo del caballo  en España tenga el futuro prometedor que se merece. Para llegar a alcanzar las  metas propuestas hay que recorrer un largo camino y realizar numerosas tareas.  Una ellas es contar con los estudios del sector que permitan diseñar las  estrategias oportunas, basadas en el conocimiento económico del sector ecuestre.
 
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