Ayer se subastaron más de una treintena de caballos de esta raza inmersa en un programa de conservación y mejora
Fueron muchas las personas que se acercaron a esta finca de los montes de Pancorbo donde se exhibieron más de setenta ejemplares y algunos de ellos fueron vendidos.
Truchuelo
G.A.T. / Pancorbo
Razas de caballos hay muchas, pero en el norte de la provincia de Burgos, en Pancorbo y en el Valle de Losa, persisten las únicas 500 cabezas de caballo de raza losina. Y ayer, en Pancorbo, se realizó la primera subasta de ejemplares de esta raza, enmarcada en el proyecto de conservación y mejora que desarrolla el Consistorio en colaboración con la Junta.
Una venta que atrajo a muchos visitantes no sólo de la provincia, sino de otras zonas de la Comunidad y de regiones como el País Vasco, Cantabria, La Rioja, Aragón o incluso el levante. Con expectación se agolparon los visitantes en una de las fincas de los Montes Obarenes donde los caballos viven en semilibertad para ver los casi 67 ejemplares estabulados que ayer fueron expuestos.
A razón de 300 euros los ejemplares de raza menos pura, y con un precio aproximado de 1.000, para los caballos de pura raza, se realizaron varias ventas. «Hoy sacamos unos 31 caballos, y a partir de este momento seguiremos con la venta a gente que se muestre interesada para quedarnos con unos 130 ejemplares y así poder hacer un mantenimiento apropiado de la ganadería», explicó el alcalde, Jaime Estefanía.
Una venta que atrajo a personas como Susana, que se levantó a las cinco y media de la mañana para viajar desde Liérganes. «Conocía la raza por Diego, mi compañero, que su padre era del Valle de Losa y siempre me había hablado de los caballos. Nos enteramos de que había una subasta y aquí estamos», decía. Y al final se llevaron una potra: «Sabemos que no están domados, y en esto de los caballos, aunque nos gustan, somos principiantes». Llevarán su caballo a una finca de dos hectáreas, «tal vez algún día la podemos montar, y si no, al menos, para saber que tenemos un animal de raza y autóctono».
Joaquín Serna, jefe de libros genealógicos del la Junta en Burgos, evidenciaba la calidad de los caballos. «Es un caballo con un potencial extraordinario. Es pequeño, es muy bueno para rutas de senderismo, se maneja muy bien por los senderos y montañas y tiene unas extremidades, unos aplomos, muy finos que a la vez son capaces de subir por cualquier sitio», explicaba. Por ello es ideal para montar, «porque además es muy fácil de domar», añadía.
Desde la Junta se han genotipado todos los ejemplares y se les ha colocado un microchip, todo, para proseguir en un programa de conservación y mejora muy ambicioso. «Se trata de mantener la raza pura; se hacen una serie de separaciones para tener definidos los sementales con una serie de camadas de hembras y un sistema de rotación para que no se produzca consanguinidad», explicaba.
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