Escribe: Luigi Botta*
Estoy convencido de que la Argentina de ayer no es la misma que la de hoy. Como todos los países, la evolución y las transformaciones modifican las realidades nacionales imponiendo situaciones y estilos que dejan su impronta.
De la pintura argentina -a excepción de algunos artistas ligados al "optical art" y al "cinetic art" de los años '70, artistas que han trascendido con sus obras los límites de Sudamérica- conozco bastante poco. No estoy al tanto de las tendencias contemporáneas y mucho menos sabría mencionar el nombre de un solo pintor o escultor representativo de la actualidad y que se encuadre y sea respetado en el panorama del arte internacional.
Seguramente que lo habrá y muy buenos. Pero, lamentablemente, por mi propia culpa, no lo conozco.
Ahora bien, volviendo a eso de las tradiciones que se transforman, tengo en mi poder reproducciones de algunas obras populares de pintores que representan muy bien -no sé si de hoy o ayer- la realidad de un mundo que está en evolución y que no puede, como los otros, no cambiar. Entre ese elenco de pintores, en orden aleatorio, se hallan: André Durand, Ángel Della Valle, Juan León Pallière, Carlos Morel, Raymond Monvoisin, Mauricio Rugendas, Alberto Guiraldes, Juan Manuel Blanes, Tito Saubidet, Alfred Paris. No sé con presición si todos ellos han trabajado en la Argentina, pero poseen, en sus obras, un importantísimo denominador común. El hecho de representar la realidad de una Argentina consolidada en el tiempo, en la cual el caballo y el jinete son el alma popular de un mundo real, más que real, que pareciera no tener fin.
Sólo un recuerdo
En Italia no es así. El caballo, a excepción de los pocos campos de equitación y destrezas, ya es considerado una especie en extinción. Sobrevive en los no tan jóvenes el recuerdo del caballo de tiro (que soportaba el peso del carro), el caballo de monta (que se prestaba o alquilaba para el servicio reproductivo), el caballo de campaña (que se adaptaba bastante bien a los usos agrestes), pero nada más. Hoy, los jóvenes, por caballo saben reconocer, a duras penas, a unos de la etiqueta de unas botellas de licor y otros de unos dibujos animados televisivos. Y basta. El recuerdo concluye ahí.
Una obra maestra en el palacio Taffini
Por lo general, en Italia -o al menos en nuestras latitudes- la imagen del caballo jamás se vincula con la del cuadrúpedo argentino, inserto en la pampa infinita, montado, sujeto a labores de control y arrío de ganado y al transporte de personas de un lugar a otro. Nunca. Para nosotros, el caballo ha significado otra cosa.
Son cuarenta los caballos cuya imponencia domina el primerísimo plano del inmenso ciclo de frescos del salón de honor del palacio Taffini d'Acceglio, en Savigliano (propiedad de la Cassa di Risparmio -Casa de Ahorro- de Savigliano). Caballos de toda raza, con estilos y arneses variados, dispuestos en distintas actitudes de las batallas campestres de casi cuatro siglos atrás: golpeados sobre la tierra, montados con señorío, enredados cuerpo a cuerpo, tensos en el ataque, enfurecidos frente al peligro, aplacados en el descanso. Transformados, en suma, en masivos elementos cromáticos y compositivos, confeccionados con esa fuerza y ese vigor que traslada al observador la exaltación propia del evento bélico interpretado espectacularmente y el respeto hacia la naturaleza tan realistamente definida y explicada.
Los frescos del palacio Taffini d'Acceglio son una obra maestra del arte manierista piemontés, que no difieren tanto de análogas experiencias realizadas en el siglo XVII español y romano. La temática del salón -fuertemente dominada por caballos en actitud bélica- se inserta en un fantástico logro arquitectónico pintado, donde el cielo está dominado por la Victoria entre nubes y angelitos, y las paredes, recubiertas de falsos tapices, evocan el triunfo sabaudo de Vittorio Amedeo I (un duque del siglo XVII cuya fama de combatiente no ha llegado a la Argentina, pero cuya gesta está ampliamente documentada en la historia del Piemonte). La historia del palacio representa el más importante círculo de conjunción entre la dinastía de los Savoia y la nobleza de Savigliano. En esta ciudad, capital de provincia, se encuentra el Senado y constituye el centro subalpino predilecto de los gobernantes.
Carlo Emanuele I, en 1630, muere en ella a causa de la peste. Los frescos son un homenaje a su hijo, Vittorio Amedeo I. Son posteriores a 1637, año de muerte del duque, y tienen como hilo conductor las batallas ganadas por el mismo, que no viene al caso contarlas aquí.
El realismo del autor se evidencia particularmente en los primeros planos, donde los elementos que los integran representan el clima de corte del siglo, repleto de preciosos tejidos y damascos, de caballos de pelaje lúcido y colas peinadas, de tropas armadas con lanzas, cinturones, corazas y arcabuces, enriquecidas con un cromatismo intenso que matiza con los aireados y refinados paisajes, sobre los cuales la polvareda de los combates se posa y aligera la tensión del evento y el dramatismo del momento. La imagen del duque es protagonista de los acontecimientos. Las masas humanas, en el citado panorama, son el elemento que determina el movimiento, que otorga un segundo ritmo a las escenas. El triunfo del duque sabaudo, de modo solemne e imperioso, llega a ser un hecho histórico.
Realizado en los años inmediatamente sucesivos a 1640, cuando todavía permanecía vivo el recuerdo de las batallas vencidas por Vittorio Amedeo I -recordado con una gran inscripción sobre el techo-, la obra maestra significa la máxima exaltación que haya tenido jamás un duque de Savoia. Y también un caballo piamontés.
*Miembro del Comité de
Hermanamiento de Savigliano, Italia, con Villa María,
escritor, periodista, concejal.
luigibotta@libero.it
Traducción italiano/español: Laura Cavagliato
Proyecto del arquitecto Oscar Hoc
“Villa María necesita un plan estratégico participativo”
El arquitecto Oscar Hoc envió a EL DIARIO un escrito que habla de la necesidad de tener un plan estratégico participativo.
La introducción es la si-guiente: "Los planteos y demandas como el incremento de la cantidad y complejidad de los conflictos sociales de los últimos años, hablan de una exigencia de los actores sociales que quieren controlar y ser consultados sobre las decisiones políticas; la ciudadanía quiere intervenir en la deliberación, decisión y control de las políticas municipales", afirma en la introducción. “Para el profesional la Planificación Estratégica es uno de los mecanismos de acción más eficaces para diagnosticar la sociedad local y desarrollar soluciones equitativas y sustentables; porque es un instrumento de gestión diseñado en el mismo municipio, con los conocimientos locales y con los recursos humanos y económicos locales."
Los motivos
La propuesta de Hoc tiene una serie de fundamentacio-nes que indican que "la crisis que está sufriendo Villa María en los últimos tiempos no es un fenómeno aislado, es comparable a otras ciudades de Argentina; al entrar en crisis el sector industrial tradicional y lograr un pobre desarrollo de los servicios trajo como consecuencia:
a- Desempleo superior a la media histórica.
b- Deterioro del medio ambiente y tejido urbano.
c- Problemas de marginación social.
Ante este cuadro de situación es necesario una transformación profunda de la ciudad, uniendo energías públicas y privadas con un Plan Estratégico como instrumento de movilización y participación ciudadana; fijando objetivos prioritarios como herramienta de concierto social y de evaluación permanente de los resultados, para: reconversión de mano de obra, capacitación de recursos humanos, desarrollo de micro-emprendimientos, misiones comerciales, alianzas estratégicas de empresas, etcétera.
El Plan Estratégico Participativo es una invitación a favor de una política municipal de desarrollo económico, para mejorar el presente y diseñar un futuro equilibrado; apostando a la competitividad local y al empleo presente y futuro de los villamarienses, en definitiva mejorar nuestra calidad de vida".
Talleres participativos
Con respecto a la implementación señala que "comienza con los talleres participativos, por áreas de interés, para que los participantes puedan reflexionar sobre la problemática de la ciudad sin salir de su lugar cotidiano y desde su óptica.
Las áreas de interés para tener la máxima representatividad son tres:
Educación: comprende a los establecimientos educativos de todos los niveles y otras entidades relacionadas con la docencia y la educación.
Empresarial: incluye a las empresas y entidades de segundo grado que las nuclean.
Social ? Institucional: comprende a las instituciones públicas ( municipal, provincial y nacional) y las naturales de la comunidad como vecinalistas, recreativas, culturales, ONGs, gremios, colegios profesionales, etcétera.
Los participantes deben analizar la comunidad en su conjunto y definir líneas temáticas para su posterior tratamiento intersectorial (entre áreas de interés), posteriormente buscar las coincidencias temáticas, como objetivos estratégicos que resultan de la actividad desarrollada en los talleres, para identificar los problemas propios de cada unidad temática: medio ambiente, urbanismo, infraestructura, promoción de empleo, promoción de las empresas, etcétera.
Al final de la actividad en los talleres surgen las posibles soluciones que serán motivo de intensas discusiones, respecto a las líneas de acción y proyectos concretos.
Seguramente este instrumento de planificación creará expectativas en el habitante villamariense que podrán ser: conocer de que trata esta convocatoria y poder realizar jornadas participativas, interés en solucionar cuestiones concretas y expectativas de cambio participando en una propuesta para crecer localmente, superando problemas de individualismo tanto en lo económico-productivo como en lo social en general".
Falencias de la ciudad
Seguidamente Hoc da un panorama de las principales falencias de la ciudad.
-El primer problema que podemos señalar en las instituciones de Villa María es la falta de planificación y la ausencia de coordinación entre instituciones públicas entre sí y de éstas con organizaciones sociales.
-Los Gobiernos municipales, desde la sanción de la Carta Orgánica hasta ahora, no cumplen ni hacen cumplir varios de los artículos que contiene, desde el Preámbulo que nos dice: “Ratificar los derechos fundamentales del hombre, la dignidad, la igualdad y la justicia social”.
-No se les da publicidad a las decisiones de Gobierno sobre todo en los pasos previos al dictado de cada política municipal, para que la población tenga acceso a la información estatal y de las empresas prestadoras de servicios públicos privatizados.
-El presupuesto participativo es una herramienta que permite el acceso de la sociedad, a los actos, informaciones y planes elaborados por la autoridad pública. Su implementación requiere un proceso de presupuestación progresiva, que vaya ordenando el gasto público de manera participativa en las decisiones y en el uso de los recursos.
Desterrar prácticas clientelistas
La propuesta sigue resal-tando:
-Hay que desterrar de las reparticiones municipales las prácticas clientelísticas y remplazarlas por mecanismos de acceso y ascensos por concursos; se tiene que reconocer la carrera administrativa y el respeto al mérito, para lograr una administración eficiente.
-Visión equivocada de lo que representa en términos de utilidad práctica inmediata la existencia de un Plan Estratégico para la ciudad.
-Poco sentido de pertenencia a la comunidad y bajo nivel de identificación, con el compromiso de asumir y participar en los procesos de planificación y resolución de los problemas locales.
-Falta de sistemas estructurados y permanentes de asistencia y respaldo a actividades micro-empresariales con potencial de desarrollo, con posibilidades de disminuir el índice de desempleo.
-Atomización de las entidades intermedias fruto de una marcada idiosincrasia individualista, produciendo la dispersión de esfuerzos individuales, grupales y sectoriales.
-Falta de organización entre la oferta y demanda laboral y educativa, impidiendo la valoración del potencial humano local.
-Limitada participación de los diferentes organismos profesionales en el tratamiento y resolución de los problemas de la ciudad.
-Falta de competitividad y mercado local limitado, para la colocación de los potenciales volúmenes productivos de la propia comunidad.
Falta una política de integración
En el tramo final señala:
-Falta una política de integración entre los establecimientos educativos formales, los institutos de educación para adultos, las universidades y las organizaciones comunitarias de base; promoviendo el trabajo en conjunto.
-No hay un trabajo de acompañamiento entre alumnos y educadores en proyectos y acciones a la comunidad y de los integrantes de la comunidad en trabajos de apoyo a las instituciones.
-No se crean relaciones fluidas entre las instituciones de educación y la asociación de empresarios, para organizar en conjunto tareas de apoyo, investigación y capacitación técnico-pedagógico a emprendimientos productivos en todos esos programas que hoy no son eficientes por la falta de coordinación. Finalmente, resaltó que las ciudades de Río Cuarto y San Francisco tuvieron en su momento la implementación de un Plan Estratégico Participativo y el desarrollo económico que logran, a partir del mismo, es importante.
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