“Me dijeron que estaba equivocado y me la jugué igual: ¡Latency viejo nomás!”

Así habló el “Príncipe” Julio César Méndez, visiblemente exaltado, luego de la victoria consagratoria obtenida en la tarde de ayer con el hijo de Slew Gin Fizz en la prueba magna del turf sudamericano. Se retiró el jinete más grande de todos los tiempos: Jorge Valdivieso


Por Gonzalo Valcarlos
De la Redacción de Hoy
Ante un marco imponente de público se llevó a cabo una de las jornadas más em-blemáticas del turf argentino, el Gran Premio Carlos Pellegrini.
La carrera, icono en esta parte del continente, también sirvió como despedida de uno de los jinetes más grandes de la historia nacional.
Jorge “El Maestro” Valdivieso, colgó la fusta luego de una trayectoria impecable, cargada de triunfos y elogios, junto a lo que él mismo considera también de mucho valor emocional: “el cariño de la gente”.
La ovación del público tuvo su punto más álgido cuando el “Rubio” jinete, oriundo de Mendoza, salió a realizar el paseo preliminar con su dirigido Puchet en el Pellegrini. Los aplausos bajaron de todos los allí presentes, sinónimo del respeto y cariño que la grey tiene por una de las glorias argentinas que muy bien nos representó en el paso de sus 32 años de carrera en todo el mundo.
Se bajó “Valdi” de un caballo sangre pura, pero siempre seguirá ligado a la actividad. Aquella en la cual un día se ofrendó y que con los años le sirvió para convertirse en un mito o, un aún más criollo, el “ídolo”.
“Vine muy joven a Buenos Aires, y cuando me propusieron ser jockey, no entendía nada, es más, creí que me hablaban de una marca de cigarrillos”, comentaba Valdivieso sobre sus inicios en la actividad.
“Cuando me subí a un pura sangre pensé que nunca podría ser jockey. Si bien tenía algo de experiencia, era totalmente distinto. Le dije a mi familia que no lo iba a lograr”, agregó “El Maestro”.
Constancia, habilidad, valor y hambre de triunfo fueron las características de este sensacional ser humano que ayer abrochó su campaña con excelente segundo puesto de Latency en el Pellegrini.
Durante toda la jornada y hasta luego de corrido el Pellegrini, “El Maestro” recibió el abrazo y el cariño de todos los componentes de la fami-lia del turf.
Incluso, la nota que hizo piantar un lagrimón a más de uno fue cuando “Valdi” se bajó de Puchet tras la disputa del Gran Premio; se paró en la “redonda”, se sacó el casco y levantó un brazo saludando a la gente, su hinchada, en lo que fue su última visita con la fusta a la herradura de los vencedores.
Como jockey y deportista, ganó todo. El Pellegrini dos veces; obtuvo por seis períodos el premio Olimpia de Plata, que otorga la Asociación de Periodistas Deportivos, condujo al triunfo al último triple coronado argentino Refinado Tom y también nos representó con orgullo en la hípica estadounidense, entre otras muchas cosas.
Corrió más de 20.000 carreras, cruzó triunfal el aro de sentencia más de 4.600 veces. Una bandera llevada ayer al hipódromo y situada en uno de los cabezales de una de las tribunas decía: “Valdi, Maradona y Dios, son argentinos”. ¡TODO DICHO!
Rey y príncipe juntos...
Formidable victoria de Latency en el evento máximo de la hípica del extremo sur del continente. El veterano hijo de Slew Gin Fizz vino balconeando el trámite desde una posición intermedia, “espiando” a los punteros desde la mitad del lote.
Cuando pisaron el derecho final y enfrentaron las primeras tribunas, Latency, muy bien administrado por su piloto, buscó un andarivel libre para desatar su tradicional y potente atrope-llada.
A la altura de los 350 metros finales, salió como una flecha el del stud El Bobo, y en “cuatro saltos” pasó a comandar las acciones derrochando guapeza y calidad.
“Lo que nos faltaba”, decía el “Flaco” Udaondo a los propietarios en un abrazo infinito. “Ganar el Pellegrini fue, es y será mi mayor conquista”, agregó.