CENTENARES DE MASCOTAS DE BURJASSOT RECIBEN LA BENDICIÓN EN LA FIESTA DE SAN ANTONIO ABAD

La celebración de la festividad de San Antonio Abad, patrón de los animales y también conocido como Sant Antoni del Porquet, en ámbitos valencianos, se supera en Burjassot, año tras año. Organizada un año más desde la Concejalía de Fiestas, dirigida por Manuel Pérez Menero, es cierto que se trata de una fiesta muy querida y seguida por buena parte de la ciudadanía de Burjassot ya que, todos los años, goza de un gran éxito de público. Pero, en 2008, se han superado todas las expectativas y el éxito de participación ciudadana ha sido apabullante.

Así, el pasado domingo, 20 de enero, la conocida Plaza dels Furs y sus alrededores, en pleno casco antiguo del municipio, aparecía, a eso de las 12 del mediodía, a rebosar de gente: familias enteras, niños y niñas, ancianos, solteros y solteras, casados y casadas, grupos de amigos, etc... El único requisitito era tener una mascota o animal de compañía para que pudiera recibir la bendición. Y ni siquiera eso, ya que muchos, pese a no tener animal de compañía, simplemente salieron a la calle para compartir, con el resto de ciudadanos, esta multitudinaria fiesta “animal”.

Estaban todos, los más comunes, gatos y perros de todas las razas o aves de compañía como canarios o periquitos, peces y tortugas. También algunos que, poco a poco, van ganando terreno en los hogares, como los conejos o las ninfas, y también había algunos más extravagantes como las iguanas, las comadrejas y los hurones. Por supuesto, tampoco faltaron a la cita los animales de granja como los corderos, una mula y una cabra que, muy brava y presumida, tiraba con fuerza del carro en el que iban montados sus pequeños dueños. Todos, bien limpios, engalanados y acompañados de sus orgullosos dueños, pasaron por la tribuna donde el sacerdote, acompañado por el Alcalde de Burjassot, José Luis Andrés Chavarrías y el resto de la Corporación municipal, repartía gotas y gotas de agua bendita para, a continuación, participar en un pasacalle por algunas calles del núcleo antiguo de Burjassot. Finalizada la bendición, el mantenedor del acto, que se encargaba de radiar los momentos más graciosos del desfile propuso, en tono jocoso, a las señoras presentes, que ése era el momento para pasar también por el agua bendita a sus respectivos maridos, cosa que despertó las risas de los asistentes.

Pero todavía faltaba una parte importante de la fiesta y un animal, de lujo, que siempre levanta expectación: el elegante caballo. Y fue, con su entrada en la plaza, cuando se echó el resto. No se recordaba un año en el que hubieran participado tantos caballos en esta fiesta de San Antonio. No sólo los procedentes de Burjassot sino también una abultada representación de otras poblaciones de la Comarca de l’Horta Nord, desfiló por la tribuna de la Plaza dels Furs. Mención especial merece la caballería local de Vicente Andrés que presentó, ni más ni menos, que 25 ejemplares, montados por unos apuestos jinetes y amazonas. Después del paseo de los caballos procedentes de otros municipios, la gran ovación se la llevó, como siempre, el carro más esperado, el de Burjassot: diez magníficos caballos tirando de un mismo carro, el que representaba al municipio y el cual cerró el desfile, entre bravos y aplausos.

Una vez finalizado el desfile, se procedió a la entrega de medallas a todos aquellos que habían participado en la fiesta. Una vez la Plaza y sus calles adyacentes quedaron despejadas, el servicio de limpieza municipal se encargaba de no dejar rastro del rastro, valga la redundancia, que los valientes caballos habían dejado a su paso por Burjassot. Desde luego, San Antonio Abad, puede estar contento ya que, las mascotas de Burjassot, al menos buena parte de ellas, ya tienen su bendición, la cual ha de durar todo un año.