BIEL BERGAS. MARIA. Bernat Carbonell es un apasionado de los animales desde muy niño. A los 20 años se contagió con la fiebre de los caballos de trote y desde entonces este mundo forma parte de su vida.
-¿Recuerda cuál fue su primer caballo?
-Por supuesto, se llamaba Just Bonet. No llegó a disputar ninguna carrera y al poco tiempo lo sustituí por Roi de Fiolaz que, sin ser un equino extraordinario, fue el que me animó de verdad a continuar en esta bonita e interesante afición por el trote.
-¿Cuándo llegaron los triunfos?
-En 2002 adquirí una yegua, Followme, como obsequio para mi primer hijo, Bernat, que acababa de nacer. Fue un fenómeno, al poco tiempo ganó el premio a la regularidad en Manacor. La conducía J. Fuxà, que en aquellos momentos aún era un aprendiz. Es una gran yegua. Todos los caballos que he tenido desde entonces son hijos suyos. Ahora está a punto de parir y la ha cubierto nada menos que el semental internacional S.J. Photo, uno de los mejores del mundo.
-¿Sigue participando en carreras en estos momentos?
-Sí, ahora tengo a Oliver C.G., hija de Followme, como ya he dicho, manejada por mi buen amigo G. Fuster. Obtiene muy buenos resultados, pero no hemos logrado ninguna victoria todavía. Estoy seguro que pronto caerá alguna.
-¿Tiene otros corceles?
-Sí, tengo uno llamado Senselimit C.G. y tenía una poltra de la letra T que hace poco tiempo vendí al veterinario de Muro B. Calvo.
Diario de Mallorca
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