Niños disfrutan la magia de leer entre caballos
SARAH TOMPKINS
The Miami Herald
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Para más de 1,000 alumnos de primer grado, una manada de potros negros saltó de la página y apareció en la Arena de Rodeos Doc DeMilly ayer por la mañana.
Mientras los caballos hacían cabriolas en la arena del ruedo, los niños entrecerraban los ojos para ver con el resplandor del sol.
''¡Mira, ahí está Little Black!'' dijeron algunos.
Los estudiantes estaban allí invitados por el Black Stallion Literacy Project (Proyecto de Alfabetización `Potro Negro'), una organización nacional sin fines de lucro, que ha estado dándoles libros a los niños de seis escuelas primarias de Homestead.
La Asociación de Rodeos de Homestead, los South Florida Trial Riders y el Homestead Everglades Posse Mounted Drill Team patrocinaron el acontecimiento, suministrando el lugar, los voluntarios y más de 50 caballos.
''Hay una especie de conexión entre un niño y un caballo'', señaló Nick Coffin, que comenzó el programa en Homestead hace seis años. ``Es algo mágico''.
Coffin dijo que recibió un subsidio del Condado Miami-Dade para ayudar a cubrir los más de $10,000 que costó la función.
Esta ayuda a darle inicio al Rodeo Anual 59 de Homestead y Días Fronterizos, que oficialmente comienza hoy. El rodeo incluirá forcejeos con reses, lazos y ataduras, y competencias de montar caballos broncos y toros.
Por la mañana, los maestros empezaron a llevar a los estudiantes a 14 estaciones que presentaban, entre otras cosas, trucos de soga, acicalar caballos, y herrería.
Ralph West, el herrero, golpeaba unos metales contra un yunque para mostrar cómo hacía las herraduras de los caballos.
''Se habla de meterles clavos a los caballos en los cascos'', explicó West. ``A los estudiantes les preocupa, y me preguntan si eso no le duele al caballo''.
Los alumnos de primer grado estuvieron siete minutos en cada estación, pero la parada principal fue la zona de lectura.
Ahí, se acercaban a un caballo y le leían algunas oraciones del libro.
''Es asombroso, pero los caballos parece que están poniendo atención'', manifestó Coffin.
Y añadió que cuando los estudiantes regresaran a la escuela esa tarde, habría otro libro gratis sobre Little Black esperando por ellos.
Para Joey Barber, de 6 años, la mejor parte fue la de poder acariciar a los caballos.
''Es como si tuvieran plumas'', dijo riéndose.
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