Uruguay, Quienes eligieron a Invasor, cuentan la historia de Pasolini

El Pais Digital
Quienes eligieron a Invasor, cuentan la historia de Pasolini
Hernández y Vio Bado, lo compraron pese a que había sido devuelto

PABLO NÚÑEZ

Muchos opinan que para comprar un caballo de carreras hay que "saber". Es decir, tener un profundo conocimiento sobre genética, conformación física y aplomos. Y sin dudas, que ninguno de aquellos que se consideran eruditos en la materia, aconsejaría comprar un potrillo que fue devuelto por una lesión al haras que lo crió. Pues bien, si Pablo Hernández y Juan Vio Bado, los mismos descubridores nada más y nada menos que de Invasor, hubieran hecho caso a una advertencia de tales características, no serían hoy los felices propietarios de Pasolini, el nuevo líder del ranking de fondistas.

Todo caballo tiene su historia y tras la conquista del Municipal, Hernández decidió hacer pública la del hijo de Incurable Optimist: "fuimos al haras El Paraíso, en Argentina, y a mí me gustaba el número 19 del catálogo... ¡porque era el más barato! (risas). Se llamaba Bawaitan y costaba U$S 14.000. Además el abuelo materno era Intérprete, como Invasor. Cuando llegamos, empezaron a mostrarnos potrillos que costaban de 30.000 dólares para arriba. Entonces yo pedí que trajeran al que yo quería y al principio me dijeron que no, porque había sido devuelto por una lesión. Curiosamente su primer comprador también había sido un uruguayo, pero su nombre me lo reservo por respeto. Apareció un caballo enorme y la verdad que nos encantó. Lo vimos y nos fuimos, y cuando estábamos saliendo de la cabaña, frenamos el auto y paramos a los dueños que venían detrás nuestro. Les ofrecimos U$S 12.000 y cerramos el trato con un apretón de manos".

Según Hernández, su socio, Vio Bado, es el que aporta la mayor parte de conocimiento y es el que pone la pausa y mantiene la calma en los momentos en los que no es aconsejable apresurarse. Fue Vio Bado, quien propuso que, para mayor tranquilidad, se le practicaran algunos estudios a la reciente adquisición. "Por casualidad me encontré con quien lo había devuelto y me advirtió de la lesión. Al otro día ya estaba pidiendo que le sacaran placas. Después, los resultados dieron bien y ahí nos tranquilizamos", confiesa quien el domingo ganó su primer Municipal, tras varios años como propietario de caballos Pura Sangre.

Al igual que sucedió con Invasor, cuyo nombre original era Quiet Style, Bawaitan pasó a ser Pasolini, en honor a un director de cine italiano, una de las pasiones del padre de Hernández. Hoy, es el mejor fondista del medio: "el mérito es todo de Aníbal (San Martín) y de `Lazito`, que lo corrió muy bien", concuerdan quienes una vez más acertaron en su elección. Hace poco más de un mes, tuvieron una oferta por el que aún era un modesto ganador de una. La rechazaron y hoy festejan. ¡Y está bien!