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Todavía resonaban en el ambiente la música de las charangas y el estruendo de tracas y cohetes de la noche anterior, cuando las peñas caballistas ya se disponían a iniciar el traslado de la imagen de Santa Elena hasta la Basílica Santuario de la Vera Cruz para participar en la misa ofrenda que el Bando de los Caballos del Vino programa cada año en el penúltimo domingo del mes de abril. La algarabía de la víspera se convirtió en religiosidad en la mañana dominical.
El traslado se inició en la iglesia de El Salvador, templo donde se encuentra durante el año una de las dos imágenes de Santa Elena. Desde allí se trasladaron a la ermita dedicada a la madre del emperador Constantino en pleno barrio del Hoyo, donde se inició el traslado oficial de la imagen. Los caballistas, con sus estandartes, recorrieron las calles de la localidad hasta llegar junto a la muralla del castillo. En ese lugar, delante del nuevo monumento a los caballos del vino, el anterior presidente, Pedro Sebastián Andreu, colocó un pañuelo caballista en la mano derecha de la imagen y los portadores del paso ascendieron por la cuesta camino de la Basílica.
Uno de los momentos más emotivos de la celebración eucarística se produjo mientras la banda musical del municipio interpretaba el Himno a Caravaca de la Cruz, la única ocasión anual en la que se produce esta coincidencia, tal como recordó el capellán del Santuario, Pedro Ballester.
Otro momento que contó con la participación masiva de todas las peñas, fue la ofrenda floral. Desde todos los rincones de la ciudad llegaron flores hasta el interior de la Basílica, que se fueron colocando en el presbiterio hasta llenarlo por completo. El presidente, Jesús Bermúdez, ofreció un pañuelo y una faja con el escudo del Bando de los Caballos del Vino bordado con hilos de seda y oro.
El sorteo, que estuvo muy concurrido, desveló el orden de la carrera de los caballos del vino. El caballo histórico, partirá como siempre con el número cero. En sus odres subirá el vino para la bendición que coincide con el inicio de la carrera. El primer caballo en competición será el de la peña Baezano.
Muchos caballistas prefieren disputar la carrera al principio para para quitarse cuanto antes la presión y porque en la cuesta hay un poco menos de gente cuando se inicia la carrera.
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