Por M.D. ALVARADO/
25-11-2004 02:14:09
La importancia del caballo en la historia, base del espectáculo del Sicab. PEPE ORTEGA
SEVILLA. La presentación del espectáculo «El caballo real» dirigido por Álvaro Domecq y la presencia de la ministra de Agricultura. Elena Espinosa, marcó ayer la inauguración del Sicab 2004. La ministra llegó al Pabellón de Congresos acompañada del delegado de Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, el subdelegado del Gobierno en Sevilla, Faustino Valdés y el consejero de Agricultura, Isaías Pérez Saldaña, y allí fueron recibidos por Adolfo Sánchez de Movellán, presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Caballos de Pura Raza Española, organizadora del certamen. El alcalde no asistió y en su lugar acudió a la inauguración del Sicab la delegada de Economía e Industrias, Rosamar Prieto-Castro, y también se vió por el lugar al jefe superior de Policía, Enrique Alvarez Riestra, y, de paisano, al general jefe de la IV zona de la Guardia Civil,
La comitiva cumplió con los ritos del acto, la entrega a la ministra de una escultura de bronce obra de Alberto González de la Peña que reproduce una reata de yeguas, y el corte de la cinta inaugural, antes de alcanzar el pabellón III donde se celebró el espectáculo. De forma excepcional, y por primera vez en el Sicab, el espectáculo se inició con el llamativo carrusel del escuadrón de caballería de la Guardia Civil, que levantó no pocas ovaciones entre las personas que llenaban las cinco mil plazas del pabellón. Tras él y, después de unos breves silbidos al ser nombrada las ministra, se dio paso a un espectáculo que volvió a demostrar la calidad del caballo de pura raza español.
La presencia de la ministra de Agricultura en el certamen supone, como reconoció ayer el presidente de Ancce, todo un respaldo al sector y muestra el cambio de actitud del nuevo Gobierno hacia los problemas que la cría de caballos en general, y del pura raza en particular, tiene en nuestro país. Y no es una cuestión menor. En España hay 1.200 ganaderos de caballos de pura raza español y se estima que el sector genera al año una facturación de 76,5 millones de euros y unos 9.000 puestos de trabajos. Como señala Adolfo Sánchez de Movellán, es una industria que tiene mucho potencial y que sólo demanda a la administración por una parte independencia para que, como sucede en otros sectores, sea la iniciativa privada la que asuma su gestión, y por otra apoyo y amparo, y en algunos casos puede que hasta subvenciones, que permitan por ejemplo poner en marcha planes de mejoras en el ciclo de caballos jóvenes.
Uno de los mayores retos que tiene que afrontar el sector es su popularización, lo que hace, destacó el presidente de Ancce, que hoy en día el caballo ya no sea un deporte de elite ni un instrumento de guerra, sino un instrumento para el ocio que puede estar al alcance de muchas personas. Por ello, Ancce resalta la oportunidad que puede suponer la creación de una escuela municipal de equitación que cree afición entre muchos.
El espectáculo del pura raza
La belleza del caballo de pura raza español es algo patente. Su nobleza, también. Y ambas quedaron demostradas ayer en el espectáculo «El caballo real», dirigido por Álvaro Domecq, en la inauguración oficial del Sicab donde se remarcó la importancia que para la Historia ha tenido este animal. Tras un espectacular y vistoso carrusel a cargo del Escuadrón de Caballería de la Guardia Civil, el pabellón III del Palacio de Congresos vivió un salto en el tiempo y en el espacio, hacia la América de la época del Descubrimiento,reflejado con la aparición de un barco del que bajaron los primeros caballos que sorprendieron a los indígenas. Luego, se vuelve a Córdoba, donde Felipe II creó las Caballerías Realesy posteriormente a la gran yeguada a que dio lugar, para mostrar las siempre espectaculares «cobras» en la que el capataz consigue que varias yeguas se muevan a la vez por el escenario. El toro también tiene lugar en el espectáculo y con él el rejoneo.
«El caballo real» se cierra con un paseo por el Renacimiento, época en la que, el pura raza se cataloga como el mejor caballo de alta escuela y lo demuestra con movimientos como aquel en el que salta sin bajar las manos.
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