El Caballo pisa la pasarela

La firma sevillana pone a prueba los resultados de su plan empresarial 'Nuevos Aires' en la nueva edición de Cibeles.

Por Olatz Ruiz / Sevilla La ropa y los complementos del grupo sevillano El Caballo siempre se han relacionado con la tradición andaluza: el mundo de la equitación, buena piel, clases acomodadas y diseños sin sobresaltos.Sin embargo, la empresa empezó hace dos años una carrera hacia la modernización de sus productos que desembocará en la presentación de su colección primavera-verano en la pasarela Cibeles el próximo día 18, donde podrá apreciarse el resultado de los cambios. El desfile es la guinda en la nueva política de inversiones que también pasa por la contratación del diseñador francés Nicolás Vaudelet para dar un nuevo aire a las colecciones. La nueva etapa se inició con la elaboración de un plan estratégico y la entrada en el capital con un 25%, de la familia Lladró Sala como Office Inversion y la entrada de Belén y Rosa Lladró en el consejo de administración. Desde entonces se ha afrontado una inversión de 2,5 millones de euros, con resultados de 11 millones de euros consolidados el pasado año. Pero el giro de El Caballo no es sólo financiero.El plan estratégico también se ha traducido en una renovación de los puntos de distribución, incrementando el número de tiendas en franquicias y renovando el diseño y la decoración de los locales.El prototipo del cambio se puede apreciar en la tienda que El Caballo tiene en Valladolid y desde donde se extenderá de forma progresiva. En cuanto a las prendas de vestir, las novedades se podrán apreciar en la colección que se presenta en Cibeles, pero ya se han dado pasos que indican por donde van los «Nuevos Aires», como le gusta llamar a esta etapa al consejero delegado de El Caballo, José Rodríguez Pineda. «Se han modernizado las líneas de los complementos y la ropa, aunque queremos guardar las raíces de nuestra identidad», afirma Rodríguez Pineda. No en vano la firma fue creada en 1892 como una modesta tienda de aperos y útiles para las faenas del campo y ha sabido evolucionar hasta convertirse en un icono del lujo con sabor andaluz. Por eso se entiende que el cambio produzca cierto vértigo y se busque una nueva clientela sin perder la habitual. Para eso ha sido imprescindible la colaboración de Nicolás Vaudelet, un francés de origen bretón que ha colaborado con Lacroix, Gaultier o Dior, que ha sido fichado como director creativo y que en poco tiempo se ha convertido en un sevillano entusiasta de El Rocío y la copla y que se muestra dispuesto a quedarse en Sevilla «toda la vida». El plan estratégico tenía que empezar a dar ahora sus frutos, pero la crisis ha llegado. A El Caballo le pilla a mitad del cambio y ha tenido que reaccionar sobre la marcha. «No esperábamos una situación tan difícil, aunque como tenemos buenos socios el proyecto se mantiene. Nos ha obligado a recortar gastos en apartados no críticos, pero se mantienen íntegros el departamento comercial y el de diseño, que nos resultan fundamentales», asegura Rodríguez Pineda En todo caso desde esta firma se considera que tienen más posibilidad de aguantar el chaparrón «porque tenemos muy segmentados nuestros productos y se encuentran precios accesibles para muchos bolsillos.Una cosa es la Colección, lo que presentamos en Cibeles y su traducción a lo que se puede encontrar en nuestras tiendas, y otra los artículos de siempre. No venderemos bolsos a 3.000 euros, sino que seguirán a 200 y en algunos casos especiales a 400», añade Rodrígez Pineda. Mientras tanto se abre el abanico de los productos. El Caballo ha lanzado una línea de joyas, con el cuero y plata como materias primas. También apuesta por el calzado y diseña una línea de gafas. En cuanto a tiendas, cuenta con 35 monomarca, con presencia en Portugal y México, y se prevé ampliar la comercialización a 200 puntos de venta multimarca.