Se trata del espectáculo de las "jineteadas", que cada Semana Santa deleita a la multitud con las virtudes de los jinetes uruguayos, argentinos y brasileños que participan de las competencias, al punto que desde 2006 esta disciplina es considerada oficialmente como "deporte nacional".
Las "jineteadas" son una derivación natural de las actividades de los domadores tradicionales de caballos, aunque en este caso el objetivo no es domesticar al animal sino poner a prueba la destreza del jinete, el "gaucho", para resistir los corcoveos del animal y permanecer montado.
En el "ruedo", un espacio circular de césped, los jinetes demuestran sus habilidades en distintas variantes o modalidades. Las más tradicionales son la monta "en basto" (con montura y riendas) o "en pelo" (sin montura, y con apenas una delgada cinta de cuero alrededor del pescuezo del animal).
Las reglas son sencillas. El jinete debe mantenerse cierta cantidad de segundos sobre el potro. Si lo logra, es tradición que dé, montado, la "vuelta de honor" en el ruedo para recibir el aplauso de los espectadores, muchas veces portando la bandera de su país de procedencia.
Se trata de actividades "arraigadas en la tradición del ser nacional", explicaron los diputados Jaime Trobo, Luis Lacalle Pou y Ricardo Berois, autores de la iniciativa legislativa que las declaró deporte nacional.
"Estos jóvenes jinetes se juegan mucho en cada salto del animal, vibran con el espectador demostrando su habilidad, pero las probabilidades de una mala caída o de un desenlace fatal son permanentes. Sin pensar en ello, cada jinete nos revela una muestra de valor superior donde sólo anida en ellos una demostración de buen espectáculo", agregaban en los fundamentos del proyecto presentado en 2005.
La Intendencia (alcaldía) de Montevideo, que organiza la actividad, calcula que cerca de 200.000 personas asisten cada año al espectáculo que se realiza en el predio de exposiciones de la Asociación Rural del Uruguay en el barrio del Prado de la capital.
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