recreacionistas, trescientos kilos de pólvora, más de treinta caballos y una decena de cañones derrotaron ayer otra vez a Napoleón
Bailén culminó ayer todo un año dedicado a celebrar el bicentenario de la batalla que lleva su nombre y que supuso la primera derrota de las tropas napoleónicas en la Guerra de la Independencia, conociendo toda Europa que los franceses no eran invencibles y entrando el nombre la localidad en los libros de historia. «Nuestros antepasados supieron aprovechar la oportunidad de marcar el devenir de esta tierra y los bailenenses ahora hemos aprovechado este momento», apuntaba ayer el alcalde de la localidad, Bartolomé Serrano.
El sol se dejó sentir cada vez con más fuerza, haciéndose agobiante al rayar el mediodía, en el campo de batalla situado en el Camino Cuesta del Molino, con más de 250.000 metros cuadrados de extensión. Las tropas habían ido desfilando desde la localidad hasta el campo y fueron ocupando sus posiciones. Al llegar, la persona que hacía las veces del general Redding saludó a los descendientes de éste, que se encon- traban en la zona para contemplar la pelea.
Setecientos recreadores llegados de Francia, Portugal, Inglaterra, Bélgica y Holanda, además de distintos puntos de España y dieron vida a la tercera recreación de esta batalla, «el broche de meses de trabajo y del programa previsto para este año», según Serrano. La participación de la Asociación Napoleónica Española ha hecho posible que este acto se convierta en uno de los más importantes de España debido a su envergadura, con 300 kilos de pólvora utilizados, más de treinta caballos y una decena de cañones que no dejaron de rugir durante toda la conmemoración. Para entonces, unas 20.000 personas habían buscado ya sus posiciones con el fin de observar desde el mujer puesto la batalla. Estaban diseminadas alrededor del campo, mientras que dos mil de los asistentes pudieron conseguir asiento. Se superó así la asistencia de la anterior recreación, en la que hubo alrededor de 14.000 visitantes.
Por la paz
Antes de que comenzara la contienda, varias personas ataviadas con los trajes típicos del pueblo de la época se colocaron en el centro y soltaron algunas palomas blancas en un acto por la paz, momento con el que se dio inicio a la recreación histórica del 19 de julio de 1808, con la vanguardia francesa avanzando con paso firme hacia donde se hallaba situado el general Venegas, quien replegaba a sus soldados sobre la línea de batalla española. Los franceses venían de haber saqueado Córdoba, realizando una penosa marcha desde Andújar hacia Bailén, tardando unas diez horas en recorrer los veinte kilómetros que separan la localidad iliturgitana del río Rumblar, ya que muchos iban heridos y enfermos. Sus tropas ascendían entonces a 9.000 hombres, tras retirarse Vedel y sus cansadas tropas hacia Guarromán.
La lucha estuvo condicionada en parte por el factor climático, ya que las columnas francesas sucumbieron al calor de julio hace doscientos años. Fue esencial el papel que ejercieron las aguadoras -como quedó ayer claramente reflejado durante la recreación- que proveían de agua a los heridos y a los hombres españoles. Precisamente, una de ellas, María Bellido, sería considera después una heroína por su labor de ayuda, dando de beber agua al cansado general Redding, que dirigía las tropas inglesas contra los franceses, perforando una bala el cántaro que utilizaba para dicho menester. Este hecho simboliza la ayuda prestada a las tropas, ya que el hecho de que el enfrentamiento tuviera lugar a las puertas de Bailén provocó que la población local apoyara en todo momento a las tropas.
Las peleas con los caballos y a pie se sucedieron durante las casi dos horas que duró la representación, mientras que los cañones soltaban andanadas de pólvora cada pocos minutos. Los hombres gritaban en el fragor de la batalla, haciendo aún más real la lucha, mientras el público observaba atento cada una de las acciones que realizaban y que, fielmente, reflejaban lo que había acontecido doscientos años atrás.
Rendición
Finalmente, acciones como los ataques frontales a la línea española, el contraataque del español en los Zumacaras y la acción del Haza Wallona, además de que el ejército francés acusaba cada vez más el calor y la falta de agua, provocaron la rendición de Dupont. Las divisiones francesas de Vedel, que venían de La Carolina, habían iniciado su marcha hacia la zona al oír el ruido de la batalla. Pero, inexplicablemente, avanzaban lentamente, por lo que cuando llegaron, la rendición de Dupont era un hecho. Todo el ejército francés, de unos 18.000 hombres, fue hecho prisionero, dando por finalizada la batalla.
Aparte de los caballos, recreadores, carros y tiendas, el campo de batalla de ayer también acogía una representación de la Casa de Postas, en la que se firmaron las Capitulaciones el 22 de julio de 1808, evidenciando así que Napoleón podía ser vencido. Con este acto cerró la tercera recreación de Bailén.
El sol se dejó sentir cada vez con más fuerza, haciéndose agobiante al rayar el mediodía, en el campo de batalla situado en el Camino Cuesta del Molino, con más de 250.000 metros cuadrados de extensión. Las tropas habían ido desfilando desde la localidad hasta el campo y fueron ocupando sus posiciones. Al llegar, la persona que hacía las veces del general Redding saludó a los descendientes de éste, que se encon- traban en la zona para contemplar la pelea.
Setecientos recreadores llegados de Francia, Portugal, Inglaterra, Bélgica y Holanda, además de distintos puntos de España y dieron vida a la tercera recreación de esta batalla, «el broche de meses de trabajo y del programa previsto para este año», según Serrano. La participación de la Asociación Napoleónica Española ha hecho posible que este acto se convierta en uno de los más importantes de España debido a su envergadura, con 300 kilos de pólvora utilizados, más de treinta caballos y una decena de cañones que no dejaron de rugir durante toda la conmemoración. Para entonces, unas 20.000 personas habían buscado ya sus posiciones con el fin de observar desde el mujer puesto la batalla. Estaban diseminadas alrededor del campo, mientras que dos mil de los asistentes pudieron conseguir asiento. Se superó así la asistencia de la anterior recreación, en la que hubo alrededor de 14.000 visitantes.
Por la paz
Antes de que comenzara la contienda, varias personas ataviadas con los trajes típicos del pueblo de la época se colocaron en el centro y soltaron algunas palomas blancas en un acto por la paz, momento con el que se dio inicio a la recreación histórica del 19 de julio de 1808, con la vanguardia francesa avanzando con paso firme hacia donde se hallaba situado el general Venegas, quien replegaba a sus soldados sobre la línea de batalla española. Los franceses venían de haber saqueado Córdoba, realizando una penosa marcha desde Andújar hacia Bailén, tardando unas diez horas en recorrer los veinte kilómetros que separan la localidad iliturgitana del río Rumblar, ya que muchos iban heridos y enfermos. Sus tropas ascendían entonces a 9.000 hombres, tras retirarse Vedel y sus cansadas tropas hacia Guarromán.
La lucha estuvo condicionada en parte por el factor climático, ya que las columnas francesas sucumbieron al calor de julio hace doscientos años. Fue esencial el papel que ejercieron las aguadoras -como quedó ayer claramente reflejado durante la recreación- que proveían de agua a los heridos y a los hombres españoles. Precisamente, una de ellas, María Bellido, sería considera después una heroína por su labor de ayuda, dando de beber agua al cansado general Redding, que dirigía las tropas inglesas contra los franceses, perforando una bala el cántaro que utilizaba para dicho menester. Este hecho simboliza la ayuda prestada a las tropas, ya que el hecho de que el enfrentamiento tuviera lugar a las puertas de Bailén provocó que la población local apoyara en todo momento a las tropas.
Las peleas con los caballos y a pie se sucedieron durante las casi dos horas que duró la representación, mientras que los cañones soltaban andanadas de pólvora cada pocos minutos. Los hombres gritaban en el fragor de la batalla, haciendo aún más real la lucha, mientras el público observaba atento cada una de las acciones que realizaban y que, fielmente, reflejaban lo que había acontecido doscientos años atrás.
Rendición
Finalmente, acciones como los ataques frontales a la línea española, el contraataque del español en los Zumacaras y la acción del Haza Wallona, además de que el ejército francés acusaba cada vez más el calor y la falta de agua, provocaron la rendición de Dupont. Las divisiones francesas de Vedel, que venían de La Carolina, habían iniciado su marcha hacia la zona al oír el ruido de la batalla. Pero, inexplicablemente, avanzaban lentamente, por lo que cuando llegaron, la rendición de Dupont era un hecho. Todo el ejército francés, de unos 18.000 hombres, fue hecho prisionero, dando por finalizada la batalla.
Aparte de los caballos, recreadores, carros y tiendas, el campo de batalla de ayer también acogía una representación de la Casa de Postas, en la que se firmaron las Capitulaciones el 22 de julio de 1808, evidenciando así que Napoleón podía ser vencido. Con este acto cerró la tercera recreación de Bailén.
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