El desafío para la Industria del Caballo en la Argentina es nuevamente
"Trabajar en forma INTEGRADA, HACIENDO QUE LAS COSAS PASEN"
Este año ¿lo lograremos?
Mario López Oliva

martes, 2 de diciembre de 2008

Kenny McPeek tiene contacto argentino

Lanacion.com (Argentina) - Argentina

El entrenador que eligió a Curlin prepara a Star Plus, La Mousse y Stratostar, un hijo de Campagnarde

Por Gustavo S. González
De la Redacción de LA NACION

Buenas tardes, ¿cómo está?", dice Kenny McPeek en el teléfono. Y se ríe, porque bromea con el español básico que seguro adoptó en alguna de sus caballerizas en los Estados Unidos. "Sí, tengo varios trabajadores hispanos", dice desde Churchill Downs, en Lousville, ahora en inglés.

Estuvo seis veces en nuestro país este entrenador que en su momento compró a Curlin en un remate. En sus boxes hay dos caballos argentinos, Star Plus, aquel ganador del Anchorena, y La Mousse, que acaba de quedar cuarto en el River City Handicap. Pero se le pregunta primero por otro, Stratostar, que tiene 8 años y madre argentina, la clásica Campagnarde, ganadora del Selección con los colores de Las Ortigas. Incansable, el hijo de Pulpit volvió a imponerse hace poco y luego fue segundo, en Churchill Downs.

"Es un hermoso caballo, muy generoso. Su madre está en Brookside [la cabaña que fundó Allen Paulson, el dueño de Cigar, otro caballo con sangre argentina]. Me llegó cuando tenía 6 años y corría en césped. Se vio enseguida que tenía gran energía para su edad. Sigue con éxito; es un gran caballo". Después McPeek pregunta por Oak Dancer, el abuelo materno, que murió y daba caballos para la distancia.

McPeek ya tuvo otro ejemplar con pedigree argentino que le dio resultado, claro que a un nivel más alto: Repent, un hijo de Louis Quatorze y la argentina Baby Grace (Cipayo), hoy padrillo, ganador del Derby de Louisiana y segundo de Johannesburg, en la Breeders´ Cup Juvenile.

Curlin tiene el récord de sumas ganadas, con más de 10 millones de dólares: "Me llamó la atención su conformación, su físico, el pecho. Es muy correcto y en su pedigree hay muy buenos caballos". Cuando McPeek decidió dejar de entrenar caballos y convertirse en bloodstock agent , un especialista en seleccionar, comprar y vender ejemplares, Curlin quedó al cuidado de su asistente, Helen Pitt, con la cual ganó en su debut, y luego fue vendido a su actual propietario.

"Me fue bien como agente y todavía lo soy", dice Kenny, a los 46 años, y cuatro meses después de su regreso como cuidador. "Tengo studs en seis estados y hace veinte años que soy preparador." Ahora estableció un centro en Lexington, Kentucky, al que bautizó Magdalena.

Los movimientos se notaron en el turf de los Estados Unidos en un año trajinado, con temas profundos. Como las pistas sintéticas: "Es lo mejor que les ocurrió a las carreras en este país, fundamental para la salud de los caballos. Se comprobó que se reducen las lesiones", opina, despreocupado de la rápida adaptación de los caballos de césped, que, por caso, se notó con el éxito de los europeos en la Breeders´ Cup. "Ya habrá tiempo para que más caballos se afirmen en los nuevos terrenos", dice.

Pero más entusiasmado se lo escucha a McPeek respecto de la prohibición del uso de anabólicos esteroides: "Es fantástico. Yo nunca los usé ni los necesité. Afecta a los caballos a la larga. Gané noventa y dos clásicos y tuve noventa y seis caballos de claiming. Me gusta el hecho de que en las carreras de los Estados Unidos se tienda a eliminar la medicación".

Antes de volver a saludar, para despedirse, McPeek anuncia: "Esperamos llevar a Star Plus a Hong Kong o a Dubai". La Mousse acaba de ganar y no se definió aún la próxima actuación. El cuidador recuerda que esta yegua "fue criada por Antonio Bullrich en El Mallín, y la compré en 2007 allí".

Esa fue su última visita. "Nos vemos en diciembre, para el Pellegrini", promete ahora. Antes pasará por Brasil, y desde la Argentina seguirá hasta Australia, donde no hace mucho se dio cuenta de que debía volver a ser entrenador.

Sin intención de bromear, retomó el español cuando dijo "el Pellegrini" con naturalidad. Tal vez sea porque tiene incorporado con artículo el nombre de la carrera más importante de un país con el que cada vez sus contactos son más firmes.

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