Equnoterapia

La Prensa (Argentina) - Argentina

Ciencia y Salud
Equinoterapia: una posibilidad de mejorar la calidad de vida
18.01.2009 | Convertir la adversidad en una oportunidad. Así puede sintetizarse la historia de María de los Angeles Kalbermatter, quien treinta años atrás decidía fundar la primera Asociación Argentina de Actividades Ecuestres para Discapacitados (AAAEPAD), luego de haber tenido que ser sometida a la amputación de una pierna como consecuencia de un cáncer.
Por Agustina Sucri

La historia de esta Asociación también está ligada con la infancia de María de los Angeles, quien desde pequeña se fascinaba con los caballos que aparecían en sus series de televisión preferidas.

"De un día para el otro me dicen que tengo cáncer y que había que amputarme la pierna", recordó en una entrevista con La Prensa. "Así entré en el mundo de la discapacidad, como le puede pasar a cualquiera", agregó.

Los especialistas en rehabilitación le recomendaron hacer deportes, pero ninguno de los que le proponían le entusiasmaba tanto como la equitación, una alternativa -hasta ese momento- impensada para una persona con discapacidad.

"Me dijeron que acá no existía la equitación para discapacitados, aunque sí en Europa y en Estados Unidos", contó María de los Angeles, para luego explicar: "Quería hacer equitación porque cuando era chica, en canal 7, todas las series eran protagonizadas por animales, y en especial, por caballos. Había una que se llamaba "Furia", también estaban "Cisco Kid" y "El llanero solitario"".

Esta admiración por los caballos se sumó a otros factores, tale como la enseñanza que había recibido desde temprana edad sobre la importancia de ayudar al prójimo y la profesión que eligió para su futuro: la docencia. Fue así que -aún sin el apoyo de médicos ni especialistas del deporte, que por ese entonces la creían "loca" al escuchar su idea- María de los Angeles decidió, en 1978, crear la primera escuela de equitación para discapacitados del país.

"Hoy las obras sociales cubren la actividad; doy charlas en los institutos de medicina tanto de la Argentina como del exterior; vienen permanentemente los profesionales de la salud a formarse en nuestra institución y, además, los centros más importantes de rehabilitación derivan a los pacientes a la AAAEPAD", remarcó orgullosa.

PARA TODOS

Según expresó la fundadora de la AAAEPAD, las clases de equitación para personas con discapacidad -que también reciben el nombre de "equinoterapia"- están pensadas para mejorar la calidad de vida de todos aquellos que se propongan aventurarse en la experiencia.

"Puede hacer actividad ecuestre toda persona con discapacidad, sin límite de edad, a partir de los dos años en adelante", indicó María de los Angeles, quien además precisó: "Discapacitados mentales, psicóticos, autistas, Down, aquellos con retraso madurativo, discapacitados del aparato locomotor, sensoriales, ciegos, sordos... para cada uno se realizan ejercicios distintos y el caballo también actúa en cada caso de una manera diferente".

Los beneficios de la equinoterapia son muchos y varían de una patología a otra. Así, por ejemplo, "en personas con autismo ayuda a mejorar la comunicación, mientras que algunas con parálisis cerebral se han salvado de ser operadas". En términos generales, las clases de equitación para personas con discapacidad ayudan a "mejorar el equilibrio, la coordinación, el fortalecimiento de músculos y, lo más importante, es que mejora la calidad de vida", destacó.

Las gratificaciones que brinda la equinoterapia se entrecruzan en un ida y vuelta. "No encuentro palabra para describir lo que uno siente al ver esa sonrisa de oreja a oreja de los chicos cuando vienen a montar", confesó.

LAS CLASES

Las clases de equitación que ofrece la AAAEPAD son, en general, grupales aunque en algunos casos también pueden ser individuales. "Es equitación adaptada para discapacitados y utilizamos el caballo en tres programas: salud, educación y deporte", subrayó.

Para lograrlo, la Asociación cuenta con un equipo multidisciplinario, conformado por un psicólogo, kinesiólogo, psicomotricista y un profesor de educación física, que trabajan junto con los auxiliares voluntarios, considerados pilares fundamentales de la institución ya que "por cada alumno hacen falta a veces hasta cuatro auxiliares -uno a cada costado, uno llevando el caballo de tiro, y otro arriba-".

Antes de comenzar a tomar las clases, se realiza una entrevista con el interesado o con los padres -si se trata de un niño-, lo cual ayudará a definir el tipo de ejercicios que se realizarán y cómo estará encarada la terapia.

"El equipo evalúa cuáles serán los pasos a seguir y, muchas veces como vienen derivados de centros de salud, ya se nos indica por ejemplo si quieren fortalecer el equilibrio o el fortalecimiento de tal músculo, entonces se hacen los ejercicios de acuerdo a lo que se pide", aseveró María de los Angeles.

"En algunos casos, -continuó- el alumno entra primero al gabinete, donde se trabaja con kinesiólogo o psicomotricista, para aflojar al alumno y prepararlo; después se sube al caballo y se hace otro tipo de trabajo".

En cuanto a las características de los caballos con los que cuenta la AAAEPAD, la presidenta de la entidad explicó que si bien éstos no tienen que ser de una raza en particular, sí deben "tener una alzada promedio de un metro y medio para que los auxiliares puedan sostener al alumno". No obstante, contó que hay caballos de distintas alturas, de acuerdo a las necesidades de los alumnos. "Los que están en nivel deportivo o lo usan para salto, requieren otro tipo de caballo, mientras que para los más chiquitos tenemos los ponis, con los que hacen un trabajo de cepillado del animal y peinado de crines", comentó.

Por otra parte, María de los Angeles señaló que los caballos son preparados especialmente antes de estar en condiciones de trabajar con los niños y adultos que toman clases en la Asociación. "Durante dos años se realiza un entrenamiento de mansedumbre, de adiestramiento, para que no se asusten con las sillas de rueda, las muletas, con un grito o algún movimiento brusco y para que podamos trabajar con pelotas, aros o elementos de colores", precisó, al tiempo que hizo hincapié en que de esta forma se evita exponer al alumno a cualquier tipo de riesgo.

CUANDO Y DONDE

Respecto a la periodicidad de las clases, la especialista aseguró que los alumnos asisten entre una vez y tres veces por semana. "Algunos quisieran venir todos los días... tenemos alumnos que vienen hace 25 años, porque los chicos vienen a disfrutar, lo que menos piensan es que vienen a hacer terapia", enfatizó.

El entorno también contribuye al disfrute. Las actividades de la AAAEPAD se desarrollan en el Hipódromo de Palermo, donde además de haber una pista totalmente cubierta -lo cual permite que las clases no se suspendan por lluvia-, "hay un lago en el medio del Hipódromo y, cuando el tiempo lo permite, nuestros chicos salen con los instructores y los auxiliares voluntarios de cabalgata, como si estuviéramos en el campo... eso les fascina", agregó.

La entidad también enseña que la discapacidad no es un impedimento para la sana competencia. De hecho, según recordó María de los Angeles, "hace un mes se hicieron los Nacionales en Mar del Plata, donde compitieron nuestros alumnos y sacaron varios primeros puestos". Con el fin de compartir y representar a una institución, es que también se organizan durante el año diversos encuentros deportivos.

Hoy la AAAEPAD tiene alrededor de 260 alumnos "y en lista de espera tenemos otro tanto, -puntualizó- por eso nuestro objetivo es seguir abriendo centros a lo largo y ancho del país".

Montada a sus sueños, María de los Angeles hizo realidad el anhelo que tuvo hace treinta años. En momento difíciles, abrió un camino de satisfacciones, que no sólo cambió su vida sino la de quienes, como ella, hoy viven con una discapacidad.