El desafío para la Industria del Caballo en la Argentina es nuevamente
"Trabajar en forma INTEGRADA, HACIENDO QUE LAS COSAS PASEN"
Este año ¿lo lograremos?
Mario López Oliva

domingo, 30 de septiembre de 2007

Plan estratégico para el Sector Ecuestre en Gran Bretaña

MUY INTERESANTE: Plan estratégico para el Sector Ecuestre en Gran Bretaña

De Rafael Castejón Montijano, Catedrático de Economía Aplicada UNED


Los cambios económicos y sociales de finales del siglo XX han contribuido a establecer nuevas relaciones en los ámbitos del ocio y del turismo. Así, se trata de compensar la vida sedentaria de las ciudades con un mayor actividad al aire libre o con la practicas de deportes que se desarrolle en contacto con la naturaleza. También las mayores posibilidades económicas derivadas de los procesos de desarrollo han permitido popularizar actividades de ocio o deportivas que antes estaban reservadas a grupos de elite o minoritarios. Un grupo cada vez más importantes de estas actividades están relacionadas con el caballo como elemento de ocio o de deporte.


La cría de caballos, su entrenamiento, los deportes hípicos, las exhibiciones ecuestres, el turismo a caballo o del caballo son practicadas en un número creciente por las personas interesadas en la relación de muy diverso tipo con el mundo del caballo en sus más variadas facetas.


Por tanto, podemos señalar que el caballo es hoy un elemento importante para satisfacer los deseos y necesidades de los nuevos “consumidores” del sector ecuestre. Pero, para satisfacer estas necesidades, el caballo tiene que ir acompañado de una serie de bienes y servicios, sin los cuales el caballo no sería demandado. Si se ofrecen los bienes y servicios que los “consumidores-aficionados” demandan, éstos estarán dispuestos a adquirir caballos y a pagar por los bienes y servicios relacionados con los caballos. A la demanda de caballos y de bienes y servicios, relacionados de forma directa o indirecta con los caballos, la denominamos “demanda ecuestre”. Los estudios realizados demuestran que, a medida que se incrementa la renta “per-cápita”, se incrementa la demanda ecuestre y, en consecuencia, el impacto económico del sector ecuestre sobre el conjunto de la economía de país.


Estas nuevas demandas están contribuyendo a cambiar la producción o cría de los caballos, la forma en la que se preparan para su utilización en el deporte o el ocio y las actividades que se pueden realizar en el sector ecuestre.


En definitiva los cambios están incidiendo en una visión nuevas del mundo del caballo y de las actividades asociadas al mismo de forma tal que ahora al sector ecuestre se le denomina “la industria del caballo”. Con esta expresión se quiere reconocer la importancia económica del sector ecuestre, y la repercusión de su actividad en el conjunto de la economía.


Las transformaciones que ha experimentado la economía del mundo ecuestre, en los países donde se han producido los cambios de la demanda ecuestre, no han sido sólo cuantitativos (un mayor nivel de gasto) sino también cualitativos (nuevos tipos de caballos y nuevas demandas de bienes y servicios). Por ello, consideramos que el sector ecuestre ha sufrido en algunos países, y está sufriendo en otros, unos cambios que permiten hablar de una cierta “Revolución Ecuestre”.


En definitiva, el papel que juega el caballo como elemento fundamental para el deporte y/o el ocio ha superado de forma radical a su papel como elemento de trabajo o alimentación. Y esas nuevas funciones del caballo han atraído a sectores de población cada vez más amplios y diversos desde el punto de vista social y económico.


Que las transformaciones ocurridas en el sector ecuestre tuvieran unas características u otras, que la velocidad de sus cambios fuera más o menos rápida e intensa ha dependido de varios factores que ahora sería demasiado prolijo examinar, pero a grandes rasgos pueden identificarse con los cambios ocurridos en las transformaciones del la agricultura, con los procesos de urbanización e industrialización y con las nuevas demandas de ocio generadas en los procesos de desarrollo económico.


Los resultados de los cambios también han sido diferentes, pero hoy podemos afirmar que en aquello países en los que el crecimiento de la demanda ecuestre ha encontrado una respuesta adecuada en la oferta de los bienes y servicios necesarios para satisfacerla se ha creado una industria ecuestre de cierto potencial económico. En muchos casos han sido los mecanismos de coordinación de los mercados los que han contribuido a generar la dinámica del cambio, pero casi siempre han existido el apoyo de organismos o agencias que han impulsado estos cambios en la dirección adecuada.


Así en EE.UU. la industria ecuestre tiene una gran diversificación en toda la nación y tiene un grado de impacto por caballo global de 8.738 € año y directo de 3.341 €, con un censo de 9,2 millones de caballos. 4,6 millones de americanos están involucrados con la industria ecuestre como propietarios de caballos (2 millones), proveedores de servicios al sector ecuestre, trabajadores o voluntarios.


En Canadá con un censo equino de 886.431 caballo s, que viene a ser el doble del censo de caballos censados en empresas agrícolas (443.889 caballos), el impacto económico medio por caballo es de 3.365 € al año.

La industria del caballo en Europa


El proceso de integración y convergencia europea también está afectando al mundo del caballo. Cualquier análisis que no tenga en cuenta las intensas relaciones económicas entre los países miembros de la UE esta desenfocando la realidad. La progresiva integración del mercado ecuestre hace que las demandas del sector ecuestre de un país puedan ser satisfechas por la producción de otro. Por ello, resulta necesario que la oferta de bienes y servicios ecuestres se desarrolle al mismo ritmo que la demanda. Si no ocurre así, las importaciones de otros países serán cada vez mayores en detrimento de la producción nacional. Esto no significa que cada país tenga que realizar una política ecuestre orientada hacia la autarquía. El verdadero reto consiste en aprovechar tanto las ventajas de la integración económica como las que se derivan del crecimiento de la demanda ecuestre.



La realidad del sector ecuestre europeo no es uniforme y las diferencias entre los países pueden ser importantes. El núcleo central donde han tenido lugar las transformaciones más importantes del sector ecuestre coincide bastante con el núcleo central de la UE (Alemania, Francia, Bélgica, Suecia, Dinamarca, Holanda y Reino Unido). En cada uno de estos países se han producido cambios estructurales, para que el sector ecuestre se adapte a las exigencias de las modernas demandas del ocio y el deporte.



Así, por ejemplo, Francia ha realizado una importante transición, desde un sector ecuestre muy vinculado al mundo militar, hasta un sector donde las empresas encuentran apoyo financiero por parte de la Administración, gracias a la importante recaudación de las apuestas hípicas. Asimismo, es de destacar el papel que desempeñan la “Haras Nacionales” que, entre otras funciones, es el organismo encargado de elaborar la principal información económica del sector ecuestre. También es relevante la armonización que se ha llevado a cabo entre el sector de la competición y el sector de la equitación de ocio, siendo uno de los primeros países en la práctica del turismo ecuestre.



Suecia inició la transformación del sector ecuestre en 1945, con una clara vinculación del caballo al deporte y el ocio, creando la raza del caballo de deporte sueco (Swedish Warmblod - SWB) que ha conseguido notables éxitos en doma, salto y concurso completo. Los datos de 2004 realizados por el Instituto de Estadística Sueco estimaron, a través de una encuesta, el censo de caballos en 283.100, localizados en 56.000 establecimientos hípicos con un ratio caballos/mil hab. de 31 . Las investigaciones económicas realizadas en la Universidad de Uppsala para la Fundación Sueca del Consejo Ecuestre (Horse Council Swedish Fundation) estimó una cifra global de 403 millones de euros de gasto del sector ecuestre.


El impulso en la modernización y desarrollo del sector ecuestre en Gran Bretaña ha sido constante en los últimos años. El informe, realizado en 2004 sobre la industria del caballo , pone de relieve la importancia del sector ecuestre con más de 50.000 empleos directos y cerca de 250.000 directos e indirectos. El mundo del caballo suscita un interés en amplias capas de la población británica, con más de 5 millones de personas interesadas activamente en el mundo del caballo, de las que casi la mitad, (2,4 millones) practica la equitación.


El Plan Estratégico para la Industria del Caballo


Para acelerar el proceso de cambio y hacer que el caballo sea un medio para impulsar el desarrollo sostenible en determinadas zonas rurales, los principales agentes implicados tratan de estimular y encauzar el mundo del caballo, mediante un la implantación de Plan Estratégico para la Industria del caballo en Inglaterra y Gales, recientemente aprobado con un horizonte temporal de 10 años .


Las ideas que recoge dicho Plan Estratégico merecen ser analizadas por los responsables del sector ecuestre de otros países, como España, donde se están produciendo transformaciones en buena medida autónomas y poco coordinadas dentro del mundo del caballo. Con esta idea presentamos un resumen del Plan Estratégico que ha estado precedido del impacto económico del sector ecuestre de 2004 citado en el párrafo anterior.



La primera característica que llama la atención es que el Plan ha sido elaborado por encargo, y con la participación de los tres departamentos ministeriales implicados (Asuntos Rurales y Calidad del Medio Ambiente Local, Deporte y Turismo, y Medio Ambiente y Planificación de Gales), además de la Confederación Británica de la Industria del Caballo donde se encuentran integrados: la British Horse Society, la Thoroughbred Breeders Association, la British Equestrian Federation, la Association of British Riding Schools, la British Equestrian Trade Association, la British Horseracing Board y la British Equine Veterinary Association. En resumen, todos los agentes principales del sector ecuestre británico.



El Plan Estratégico británico se basa en la idea, expuesta por los ministros que actúan en representación del Gobierno, de la contribución de la industria del caballo a la economía, así como el importante papel que el caballo tiene en la vida de muchas personas, tanto en las ciudades como en el mundo rural. Pero la contribución actual puede, y debe, ser incrementada en el futuro y con esa idea se realiza el Plan Estratégico para permitir que la industria del caballo tenga un desarrollo robusto y sostenible, incrementando su impacto económico y el bienestar de los caballos, a la vez que eleva el nivel cultural, deportivo y educativo de la nación. Para ello, se fijan ocho grandes objetivos que en sí mismos revelan el interés e importancia que las personas, empresas y organismos implicados otorgan a la industria de caballo. Estos grandes objetivos son:


1. Aunar los esfuerzos de todos los implicados en la industria del caballo, tanto a nivel nacional como regional o local.
2. Incrementar la participación de los aficionados al caballo y desarrollar la aportación social de la Industria del Caballo.
3. Apoyar los resultados económicos de las empresas del sector ecuestre.
4. Elevar la habilidades ecuestres, el entrenamiento y los estándares.
5. Incrementar el acceso a caballos y coches de caballos por caminos rurales.
6. Considerar el impacto medioambiental del caballo.
7. Estimular la excelencia en el deporte ecuestre.
8. Mejorar la calidad de la cría de caballos y poneys.




Mediante las líneas de actuación en las que se desglosan los grandes objetivos del Plan se pretende que, para el año 2015, las oportunidades para practicar la equitación estén accesibles a un público numeroso y diverso, que elimine la idea de elitista y prohibitiva de la equitación, gracias al crecimiento de centros hípicos seguros y dirigidos por profesionales cualificados. La industria del caballo presentará un frente unificado que será reconocido por su importante aportación a la economía nacional, regional, local y rural, así como por su contribución cultural e influencia positiva sobre el medio ambiente. Los deportes ecuestres tendrán un lugar central, dentro del panorama deportivo, gracias a los resultados obtenidos en las competiciones nacionales e internacionales, incluídos los Juegos Olímpicos de 2012, y a su reflejo en los medios de comunicación. La cría y producción de caballos será reconocida a nivel mundial tanto por la calidad de los productos como por los elevados estándares de los mismos en salud y bienestar.


Posiblemente, las ideas planteadas en los párrafos anteriores serían, en buena medida, suscritas por muchos de los que deseamos que el mundo del caballo en España tenga el futuro prometedor que se merece. Para llegar a alcanzar las metas propuestas hay que recorrer un largo camino y realizar numerosas tareas. Una ellas es contar con los estudios del sector que permitan diseñar las estrategias oportunas, basadas en el conocimiento económico del sector ecuestre.

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