Mi Perspectiva
José Luis Camarillo
ESTO
11 de abril de 2008
Al periodista argentino Juan E. Brignone le llamó la atención que en las veladas del Cinturón de Oro no se deje entrar a menores de edad.
Antes de dar paso a su misiva, explicaré que a los administradores de las arenas clásicas de la ciudad de México no les importa el boxeo, de ahí que no haya sido posible montar en ninguna de ellas la temporada anual de ese certamen, por la altísima renta, además de que todos los consumos durante las funciones iban a ser para ellos.
Por ello, La Fábrica de Campeones se celebra en centros de espectáculos o discotecas, donde las reglas son muy estrictas.
Brignone puntualiza: "Leo que se prohíbe la entrada a los menores de 18 años. Me parece que, si bien el boxeo puede ser brutal y un espectáculo no recomendable para niños, muchos chicos y adolescentes ven más violencia en las calles que en un ring. Y muchos otros pueden encontrar en los deportistas a modelos de vida para alejarse justamente de los problemas y las malas tentaciones que se encuentran en cada esquina de Buenos Aires, del Distrito Federal o cualquier país de nuestra castigada Latinoamérica".
Prosigue:
"Y visto de otro lado, empresario si se quiere, el boxeo de México deja de lado a una generación entera que en vez de asistir a veladas de boxeo se vuelca a otros deportes donde se los acepta, como el futbol.
"Aquí en la Argentina el Turf fue históricamente uno de los deportes más populares. Sin embargo, durante unos 30 años estuvo vedado el ingreso para los menores de edad. Yo fui uno de esos chicos que soñaba con presenciar en vivo el impresionante espectáculo de un nutrido grupo de caballos corriendo a toda velocidad. Cuando cumplí los 18 años asistí al hipódromo de Palermo, pero lo hice solo, porque ninguno de los amigos de mi edad tenía curiosidad por acercarse. El desolador ambiente entristecía, porque eran no más de 300 los 'burreros' que había ahí.
"Ahora las nuevas autoridades que manejan el hipódromo no solamente permiten el ingreso de menores, sino que incentivan la presencia de toda la familia, con la instalación de restaurantes, máquinas tragamonedas y juegos para niños. Ahora cada jornada en la histórica pista reúne al menos 1500-2000 personas y un movimiento económico increíble".
En su conclusión -obviamente sin conocer la explicación del segundo párrafo de este espacio-, Brignone recomienda:
"El boxeo no debe descuidar a sus 'clientes', los espectadores, y menos aún, a los potenciales, que además, por esa bendición del tiempo, hasta pueden convertirse en sus máximos atractivos".
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