Julio Guimaraes
De nuestra Redacción
Del hipódromo de la reina, en Ascot, al palacio del turf, en Palermo, vía British Airways con escala en San Pablo. Jorge Ricardo, el jinete más ganador del planeta, no descansa. El sábado participó de un campeonato internacional de pilotos en Europa, codeándose con el italiano Franki Dettori, el francés Gerald Mouse, el canadiense Russell Baze o el japonés Yukata Take, sin poder vencer en prueba alguna, y ayer ya estaba en aquí, del otro lado del océano, para triunfar en las tres primeras del Argentino, además de la novena del programa, compartiendo pista con el uruguayo Pablo Falero, el peruano Edwin Talaverano o el cordobés Juan Noriega, entre otros.
O jocquei maior do mundo , según diría algún carioca, lleva el profesionalismo al extremo. Su récord desde ayer es de 10.303 carreras ganadas, las últimas cuatro arriesgando un poco más de la cuenta. Porque más allá de la admiración que pueda despertar su enorme facultad de jinete o su carácter supercompetitivo, hay que mencionar que esta vez Ricardinho le pidió a su físico una respuesta extraordinaria, acaso, también, innecesaria.
Volar más de medio día, aunque sea en clase ejecutiva, cambiando los tiempos de sueño, para a las tres horas de pisar suelo argentino tener que subirse a un caballo, a dos y hasta a diez es un desafío comprometido. Una experiencia poco recomendable. Pero apoyado en su insaciable apetito de triunfos, en su afán de cumplir con la palabra empeñada cuando acepta montas, Ricardo optó por no bajar un cambio.
Descansar no implica dormirse en los laureles. Si hasta el italiano Lanfranco Dettori, toda una celebridad entre los jinetes y participante anteayer en el mismo torneo en el que estuvo Ricardo, se dio permiso para tomarse el domingo libre.
El brasileño es jockey full time, artista de tiempo completo. Atiende en continuado. Excepcionalmente no trabaja una tarde de carreras. En las manañas, siempre. Palermo, San Isidro, La Plata, Gavea están en su agenda diaria. Hay jockey que corren para vivir y otros que viven para correr. En el caso de Ricardo, también quizá sea sólo para vencer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario